El increíble barco renacentista descubierto en las profundidades del Mediterráneo francés
Así es “Camarat 4”, el barco del siglo XVI hallado intacto en el fondo del mar frente a Francia
Frente a las costas de Ramatuelle (Var), en el sur de Francia, un descubrimiento accidental ha servido para reescribir una parte de la Historia de la arqueología subacuática europea.
A más de 2.500 metros de profundidad, un equipo de la Marina Nacional francesa localizó los restos de lo que parece ser un navío de tipo mercante del siglo XVI, un hallazgo sin precedentes por su buen estado de conservación y la profundidad a la que se encuentra.
El sitio, bautizado como “Camarat 4”, se ha convertido en el pecio más profundo jamás hallado en aguas bajo la jurisdicción francesa.
El hallazgo tuvo lugar el día 4 de marzo de 2025, durante una operación rutinaria de cartografía submarina del CEPHISMER, unidad que está especializada en exploración del lecho marino.
La misión, de carácter militar, no tenía objetivos arqueológicos sino que buscaba detectar recursos estratégicos como cables o minerales. No obstante el eco del sonar que reveló una forma anómala en el fondo del mar llevó a desplegar un robot submarino, que captó imágenes que dejaron sin aliento a los investigadores.
Un mercante renacentista detenido en el tiempo
Las primeras observaciones apuntan a que el pecio mide 30 metros de largo por 7 de ancho, y que habría sido un barco italiano que estaba destinado al comercio con Occidente.
En su interior se hallaron cerca de 200 piezas de loza esmaltada, entre jarras, platos y cuencos, muchas de ellas decoradas con motivos vegetales y geométricos o con el monograma “IHS”, símbolo cristiano muy usado durante el Renacimiento.
Estas cerámicas, de probable origen ligur, confirman la intensa red comercial que unía el norte de Italia con todo el sur de Francia durante el siglo XVI. Junto a ellas, los arqueólogos identificaron anclas pero también cañones, calderos y objetos de navegación, todos en un estado de conservación excepcional.
Merced a la profundidad extrema —donde no llegan ni la luz ni las corrientes— el barco ha permanecido intacto, protegido totalmente del expolio y del deterioro natural, como si el tiempo se hubiera detenido en torno a él.
La Prefectura Marítima de la Mediterránea y el Ministerio de Cultura francés confirmaron de forma oficial el descubrimiento, destacando su “valor histórico y científico inestimable” y su potencial para reescribir capítulos enteros de la historia marítima europea.
Tras el hallazgo, el Departamento de Investigaciones Arqueológicas Subacuáticas (DRASSM) asumió la dirección de las investigaciones.
En colaboración con expertos en artillería naval, arquitectura de barcos y conservación de materiales, el equipo comenzó un ambicioso programa que incluye una fotogrametría 3D del yacimiento, la recuperación selectiva de objetos y un estudio completo sobre el contexto comercial e histórico del navío.
Los especialistas esperan que este análisis permita reconstruir el diseño y la vida a bordo de una embarcación mercante del Renacimiento, igualmente de poder entender mejor las rutas comerciales mediterráneas y las innovaciones técnicas que marcaron la expansión del comercio marítimo europeo en aquella época.
A pesar de su aislamiento, “Camarat 4” no ha escapado del todo a la huella humana del presente puesto que entre los restos renacentistas, los investigadores hallaron una lata de refresco y un envase de yogur, testimonio de que la contaminación marina alcanza incluso los abismos más remotos.
Para las autoridades, este contraste entre el esplendor del pasado y los desechos del siglo XXI servirá como una especie de llamada de atención sobre la fragilidad del patrimonio subacuático y la urgente necesidad de proteger los mares.
El pecio “Camarat 4” es más que un barco hundido, se trata de una cápsula intacta del Renacimiento, una ventana que permite observar cómo era el comercio, la fe y la vida marítima hace más de cuatro siglos.
Merced a la tecnología moderna —drones submarinos, cámaras de alta resolución y vehículos teledirigidos—, los arqueólogos ya pueden ahora acceder a zonas antes inexplorables del océano.
Cada hallazgo en este proyecto revela un poco más de cómo los pueblos mediterráneos conectaban sus respectivas culturas, mercancías y creencias a través del mar.
El descubrimiento de “Camarat 4” amplía los límites de la arqueología subacuática francesa así como también recuerda que el fondo del mar sigue guardando historias que esperan pacientemente ser contadas.