Izado de un bloque de piedra en Alejandría con una grúa y submarinistas con cascos protectores naranjas.
Bloque de piedra del Faro de Alejandría en Egipto.

Hallan los colosos perdidos del Faro de Alejandría tras 700 años bajo el mar

El Faro de Alejandría resurge del fondo del mar, renace una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo

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Más de dos mil años después de su construcción y casi siete siglos tras su desaparición, el mítico Faro de Alejandría vuelve a emerger, piedra a piedra, desde las aguas del puerto oriental egipcio.

Gracias a un ambicioso proyecto arqueológico internacional, uno de los monumentos, sin dudas, más emblemáticos del mundo antiguo revive con la ayuda de tecnologías de vanguardia que garantizan devolverle su esplendor original.

El interés por los restos del Faro de Alejandría se remonta al año 1994, cuando el arqueólogo Jean-Yves Empereur y su equipo del Centre d’Études Alexandrines (CEAlex) iniciaron las primeras prospecciones submarinas en colaboración con el CNRS francés así como con el gobierno egipcio.

Aquellas inmersiones pioneras permitieron identificar centenares de bloques de piedra sumergidos, algunos de ellos de más de 50 toneladas, distribuidos en el lecho marino del antiguo puerto.

Los investigadores sospecharon pronto que aquellos colosos formaban parte de la estructura original del mítico faro levantado en la isla de Faros en el periodo de los reinados de Ptolomeo I y Ptolomeo II en el siglo III a. C.

Según los textos clásicos, la torre alcanzaba más de 100 metros de altura y se componía de tres niveles diferentes con una base cuadrada, un cuerpo octogonal y una parte superior cilíndrica donde ardía una llama visible desde decenas de kilómetros mar adentro.

La destrucción y el resurgir de una leyenda: el Faro de Alejandría

A lo largo de los siglos, la estructura sufrió los fuertes embates de la naturaleza. Varios terremotos entre los siglos X y XIV, sobre todo el devastador del año 1303, redujeron el faro a ruinas.

Sus restos fueron aprovechados posteriormente en la construcción de la fortaleza del sultán Qaitbay, erigida en el año 1477 sobre el mismo emplazamiento, perpetuando así su memoria en piedra.

El reciente proyecto PHAROS, desarrollado por el CEAlex junto con el CNRS y la compañía tecnológica Dassault Systèmes, ha marcado un importante punto de inflexión.

En esta nueva fase, los arqueólogos han logrado recuperar 22 bloques de tipo monumental del fondo marino, entre ellos dinteles, jambas, umbrales y una imponente puerta ceremonial de estilo egipcio.

Cada pieza, de entre 70 y 80 toneladas, ha sido izada cuidadosamente gracias a la acción de grúas especializadas tras un meticuloso proceso de fijación subacuática.

La verdadera revolución de esta etapa no reside solo en los hallazgos materiales, va más allá y es en el método aplicado. Gracias a la fotogrametría 3D y al escaneo digital de alta precisión, cada bloque ha sido modelado en detalle, esto permite a los expertos reconstruir virtualmente la estructura del faro.

El objetivo es recrear su apariencia, lo más exacta posible, y comprender las sofisticadas técnicas de ingeniería empleadas por los arquitectos helenísticos.

Ingenieros voluntarios de la Fondation Dassault Systèmes trabajan en la actualidad en un modelo digital que integra datos arqueológicos, descripciones históricas, monedas antiguas y comparaciones con otras edificaciones del mismo periodo.

Este modelo tridimensional permitirá, por primera vez, poder “pasear” virtualmente por el monumental Faro de Alejandría, ofreciendo una experiencia inmersiva tanto para investigadores como para el público general.

El proyecto PHAROS reúne a un equipo multidisciplinar compuesto por diferentes arqueólogos, historiadores, arquitectos, numismáticos y expertos en modelado digital.

Su colaboración con las autoridades egipcias ha sido básica para avanzar en la documentación y conservación del patrimonio subacuático de Alejandría. Hasta la fecha, se han catalogado más de un centenar de fragmentos arquitectónicos del faro, que forman parte de una base de datos 3D en constante actualización.

Más allá de su dimensión científica, la recuperación del Faro de Alejandría se ha convertido en un símbolo de cooperación internacional así como de preservación cultural.

En una época marcada por la pérdida de patrimonio histórico a causa de conflictos y desastres naturales, esta iniciativa viene a demostrar cómo la tecnología puede ponerse al servicio de la historia y la memoria colectiva.

El Faro de Alejandría, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo fue una proeza arquitectónica así como un símbolo de progreso y conocimiento.

Su reconstrucción digital representa un homenaje a la ambición humana que, siglos atrás, que iluminó el Mediterráneo -en el Saber y el la navegación- y hoy inspira una nueva luz sobre nuestro pasado común.