Tecnología valenciana promete monitorizar virus en aulas, hospitales y transporte público en tiempo real
Pretende ser barato, rápido y sencillo para permitir vigilancia ambiental continua
Un equipo de investigación de la Universitat de València y la Universitat Politècnica de València ha desarrollado un biosensor capaz de detectar virus en el aire en tiempo real.
El dispositivo se distingue por ser muy económico, fácil de producir y por no necesitar reactivos químicos ni equipos de laboratorio.
La innovación está pensada para su uso en lugares de alta concentración de personas, como hospitales, escuelas, transporte público o cines, donde la prevención de contagios es clave.
Con un coste estimado de apenas una unidad monetaria por sensor, su implantación podría democratizar la vigilancia ambiental frente a patógenos.
Cómo funciona el dispositivo
El biosensor se basa en un principio físico sencillo: emplea circuitos resonantes muy sensibles que reaccionan ante la presencia de partículas virales en el aire.
Al captar la señal, el sistema identifica cambios que indican la existencia de microorganismos sin necesidad de etiquetas fluorescentes, cultivos o reactivos externos.
Para probar su eficacia, los investigadores trabajaron inicialmente con un virus inofensivo de uso común en laboratorios.
Los resultados confirman que la tecnología puede adaptarse a distintos patógenos, lo que abre la puerta a su aplicación contra virus de la gripe, bacterias resistentes e incluso futuros brotes emergentes.
Ventajas frente a los métodos tradicionales
Hasta ahora, la detección de virus en ambientes requería muestras de aire, su transporte a un laboratorio y la aplicación de pruebas complejas que podían tardar horas o días. Este nuevo sistema cambia las reglas al ofrecer:
- Resultados inmediatos, con capacidad para avisar en el mismo momento en que se alcanza una concentración detectable.
- Coste muy bajo, lo que permite desplegar decenas o cientos de sensores en un mismo edificio.
- Simplicidad tecnológica, gracias a una electrónica básica que facilita su fabricación a gran escala.
Estas características lo convierten en un candidato ideal para ser integrado en sistemas de ventilación, dispositivos portátiles o incluso edificios inteligentes.
Aunque el sensor ya está patentado y ha demostrado su viabilidad en condiciones de laboratorio, todavía se encuentra en fase de prueba de concepto. Los próximos desafíos pasan por validar su funcionamiento con diferentes virus de interés sanitario, optimizar su precisión y adaptar el diseño a usos específicos.
También será necesario atraer inversión y colaboración con empresas del sector para escalar la producción y facilitar su llegada al mercado. Los investigadores confían en que, con el impulso adecuado, podría convertirse en una herramienta de uso cotidiano en apenas unos años.
La posibilidad de detectar virus en el aire en tiempo real abre una nueva etapa en la prevención de contagios. Sistemas de este tipo permitirían:
- Activar protocolos de ventilación en espacios cerrados justo cuando se detecte un incremento de patógenos.
- Reducir riesgos en hospitales, donde la transmisión aérea de virus y bacterias supone un gran problema.
- Anticipar brotes epidémicos, al contar con datos ambientales antes de que los casos clínicos se multipliquen.
- Proteger entornos vulnerables, como residencias de mayores o escuelas infantiles.
Tras la experiencia de la pandemia, contar con dispositivos de bajo coste que alerten de la presencia de virus supone un cambio estratégico en la gestión de la salud pública.