Edificación en el sitio arqueológico de Troya.
Yacimiento arqueológico de Troya.

Troya vuelve a la vida, los nuevos hallazgos podrían cambiar la Historia de la guerra más famosa de la Antigüedad

Arqueólogos reabren el yacimiento de Troya en busca de la verdad tras la leyenda

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En el verano de 2025, la legendaria Troya ha vuelto a convertirse en el eje de la arqueología mundial. Un equipo internacional de investigadores, dirigido por el profesor Rüstem Aslan, perteneciente a la Universidad de Çanakkale Onsekiz Mart, ha reanudado las excavaciones en la colina de Hisarlik, al noroeste de Turquía.

Con el propósito que ha llamado la atención tanto a científicos como a amantes de la historia: averiguar si la célebre Guerra de Troya, descrita por Homero en la Ilíada, tiene un fundamento real en los estratos del tiempo.

Los trabajos comenzaron en mayo de este año 2025 y se centran en tres áreas clave del yacimiento como son el anillo exterior de murallas, los sectores de la ciudad baja y los campos de batalla extramuros.

En estos puntos, los arqueólogos esperan encontrar pruebas materiales de un conflicto bélico sucedido hacia el siglo XIII a. C., periodo en el que las fuentes micénicas sitúan la legendaria contienda.

Durante las primeras semanas de excavación, el equipo encontró fragmentos de armas de bronce, puntas de flecha, cerámicas calcinadas y proyectiles de honda, junto a secciones de murallas derrumbadas.

Todo apunta a una destrucción violenta, posiblemente el resultado de lo que podía ser un asedio prolongado. Estas evidencias refuerzan las hipótesis formuladas en campañas anteriores, cuando se descubrieron restos humanos con signos de trauma, que son totalmente compatibles con un episodio bélico.

“Más que buscar a Aquiles o Héctor, lo que nos interesa es comprender si la memoria de una guerra real fue transformada en mito”, indican los responsables del proyecto, quienes insisten en la dimensión científica del estudio frente al romanticismo literario.

Tecnología y arqueología para Troya

Uno de los aspectos más innovadores de la campaña de 2025 es el uso intensivo de tecnologías de teledetección y geoarqueología avanzada así como drones, escáneres LIDAR y análisis magnetométricos han permitido detectar, al oeste de la ciudad baja, estructuras subterráneas que podrían corresponderse a antiguos campamentos o zonas logísticas vinculadas al conflicto.

Del mismo modo, los expertos han identificado una extensa planicie al suroeste del yacimiento, que fue posiblemente utilizada como campo de batalla.

Si se confirma su naturaleza militar, sería el primer hallazgo de este tipo de forma directa relacionado con Troya, un descubrimiento que podría cambiar la comprensión de su contexto histórico.

El sitio arqueológico de Troya, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en el año 1998, conserva al menos nueve niveles de ocupación que abarcan más de tres milenios, desde el 3000 a. C. hasta la época romana.

Los especialistas identifican la “Troya homérica” con los niveles Troya VI y VIIa, que están datados entre 1700 y 1200 a. C., caracterizados por una gran expansión urbana, fortificaciones ciclópeas y signos de destrucción por fuego.

Estos niveles coinciden con el marco temporal en que los antiguos griegos ubicaban la guerra narrada por Homero. La magnitud de sus murallas, las torres defensivas y los contactos comerciales con el mundo micénico e hitita revelan una ciudad que eran muy próspera y estratégicamente ubicada entre Oriente y Occidente, susceptible de haber sido escenario de conflictos con otras naciones.

Las excavaciones actuales se inscriben en una larga tradición de exploraciones iniciadas por el aventurero Heinrich Schliemann en el siglo XIX.

Aunque su metodología particular fue duramente criticada por destruir capas arqueológicas posteriores, su hallazgo despertó el interés global por el mito troyano y fijó la colina de Hisarlik en el mapa de la arqueología universal.

Lejos de cerrar el debate, los nuevos hallazgos de 2025 abren más preguntas sobre el vínculo entre Historia y literatura. La arqueología moderna, apoyada en la ciencia y la tecnología, busca poder reinterpretar los mitos antiguos no como fábulas, sino como ecos de acontecimientos reales transmitidos a través de la memoria colectiva.

Entre tanto los investigadores excavan bajo el sol del Egeo, miles de visitantes recorren las ruinas con la Ilíada en la mano, imaginando el fragor de las batallas que inspiraron a Homero. Troya, más que una ciudad, sigue siendo un reflejo donde se reflejan la ciencia y la poesía, la tierra y la leyenda.

Quizás nunca se pruebe de forma definitiva si la guerra de Troya ocurrió tal como la cantaron y contaron los poetas, pero los descubrimientos de 2025 demuestran que, miles de años después, el mito sigue vivo y la Historia todavía tiene mucho que contar.