
La ciencia de andar por casa

Al cobijo de tres cafés, Felix Ruiz (43 años) y su pareja, Lola Hernández (46 de edad) explican cómo nació Divulgades, un proyecto científico que se ha colado entre los los cinco finalistas de ‘100 ideas que cambien el mundo’, el certamen organizado por Andalucía Emprende. El camino lo inicaron en el 2013. Felix, doctor en Bioquímica y Biología molecular, buscaba la forma de fomentar la ciencia, un área que con los recortes en educación y becas ha quedado mermada durante la crisis. Para ello contó con su compañera Lola, con un Máster en Comunicación, capaz de descifrar el rebuscado lenguaje de los investigadores.
“El objetivo es transmitir que lo que nos rodea tiene siempre una explicación científica. Una manera de despertar la curiosidad, crear una inquietud y acercar este campo a todos los públicos”. El proceso por el que el pan cambia al calor de la tostadora, el desplazamiento del balón tras un golpeo en el fútbol, el color rojo de la sangre, los componentes de la arena de la playa de Santa María… Todo tiene un porqué. Un porqué que a través de talleres intentan desgranar para los niños. Con un lenguaje asequible, de forma divertida, y con el fin de despertar la curiosidad y afianzar el “método científico” para su aprendizaje. Aunque advierten, sus actividades “son aptas para todas las edades”.
Sin embargo, la diferencia entre un niño y un adulto se encuentra principalmente en la ausencia de prejuicios. “Los pequeños no se cansan de preguntar. Si tienen una duda, la expresan”. Los mayores, en cambio, callan por no caer en el ridículo. “Algún padres nos ha asegurado que se ha quedado con una duda por no preguntar algo obvio”. En esta corta trayectoria, Felix y Lola han realizado ya varias colaboraciones. “Desde hace unos meses, en la web Con los Peques. En agosto, realizamos otra con la artista residente de Línea de Costa Shin, en el ECCO”. Además, de varios talleres para menores de entre cinco y once años. En uno, la temática fue “cómo se propagan las ondas sonoras y las diferentes propiedades de líquidos y sólidos”. En otro, en la Biblioteca Pública Provincial de Cádiz efectuaron varios experimentos.
Felix hace una comparativa con uno de los apartados del programa televisivo El Hormiguero. “La diferencia principal es que nosotros sí explicamos la razón por el que se produce un fenómeno”. También, “la cara de sorpresa de los críos”. Un rostro con los ojos abiertos, la boca de asombro y una onomatopeya que expresa incredibilidad. “Es lo más gratificante, la parte que más llena de este proyecto”.
Ahora, esta pareja, que se apoya en sus hijos a la hora de introducir una nueva actividad -“Ellos nos dicen si se entiende algo, o no”-, se marca varias premisas. Primero, consolidar mejor los talleres con los menores. Segundo, Montarlos para otros públicos. Es decir, “cambiar el escenario y que se lleven a cabo en bares u otros salas más orientadas a los adultos”. Tercero, Combinar más elementos, como el arte y la ciencia: “Unir nuevos campos”. Por último, disponer de una sede fija donde puedan acudir las personas a informarse.
Un camino para el que necesitan un empujón. “De momento, nos está costando el dinero a nosotros”. Aunque, se muestran optimista cuando afrontan el futuro. “Ojalá algún día pudiéramos contratar incluso a algún joven que nos ayude en los talleres”. Al menos, se quedan con el trato tan gratificante y con formar parte de una idea que, como reza en el propio certamen, puede cambiar el mundo.