Cola a pleno sol en la Plaza de España para subir a un autobús en la octava jornada de huelga
Cola a pleno sol en la Plaza de España para subir a un autobús en la octava jornada de huelga. Foto: Eulogio García.

Colas al sol y largas esperas marcan la octava jornada de huelga del autobús urbano en Cádiz

Consecuencias de un conflicto enquistado: esperas bajo el sol, tráfico colapsado y la imposibilidad de encontrar alternativas viables para moverse por la ciudad

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La octava jornada de huelga indefinida del autobús urbano en Cádiz y San Fernando ha dejado este jueves escenas de agotamiento, resignación y alguna muestra de enfado entre las personas usuarias de este servicio público. El calor y la falta de alternativa etsán agotando la paciencia de la ciudadanía.

Las paradas más transitadas de la ciudad, como la de Plaza de España o San Juan de Dios, han sido testigo del malestar creciente entre los usuarios: colas interminables bajo el sol, personas mayores buscando sombra y viajeros frustrados al ver pasar autobuses llenos que no se detenían.

Esta mañana, decenas de personas esperaban en plena ola de calor sin información clara y sin recursos básicos como bancos o techados. Anoche, la imagen se repetía en la plaza del Ayuntamiento: colas para subir al último autobús, y rostros de cansancio entre quienes dependían del transporte público para volver a casa.

El calor sofocante está siendo un factor añadido de tensión. Personas mayores o familias con niños pequeños se enfrentan a una espera que a menudo supera los 25 o 30 minutos. Algunos relatan mareos, bajadas de tensión o, directamente, tener que volver a casa a pie al no poder acceder a ningún medio de transporte.

Desde la jornada del miércoles, los efectos de la huelga se han intensificado de forma notable. Si bien ya se notaron con los conciertos multitudinarios de Jennifer López y Marc Anthony el pasado fin de semana, ayer la situación se extendió a todo el casco histórico. La procesión del Carmen y, en menor medida, la Semana Cultural de la Salle Viña incrementaron el número de desplazamientos. Los servicios mínimos del 50 por ciento resultaron claramente insuficientes para absorber el flujo de viajeros.

El servicio de taxi, aunque el Ayuntamiento autorizó la ampliación de turnos en Junta de Gobierno la semana pasada, tampoco ha logrado paliar la situación. La flota no puede asumir el incremento de usuarios que antes se repartía entre todas las líneas de autobús urbano. Las colas para conseguir un taxi han sido constantes, incluso durante la noche, en puntos clave como estaciones, hospitales o zonas de eventos.

Colas en la noche del miércoles para acceder a un autobús o a un taxi en la Plaza de San Juan de Dios de Cádiz.

Colas en la noche del miércoles para acceder a un autobús o a un taxi en la Plaza de San Juan de Dios de Cádiz.

Además, este jueves, las manifestaciones de los trabajadores por la avenida principal de Cádiz han vuelto a provocar importantes retenciones de tráfico. La circulación se ha visto ralentizada desde primera hora de la mañana, especialmente entre la zona del Estadio y el centro. La Policía Local ha tenido que activar desvíos de tráfico a través de la avenida de la Constitución de 1812 y Sanidad Pública.

La semana ha estado marcada por movilizaciones diarias: desde las concentraciones del lunes en la Plaza de España, al encuentro en el Ayuntamiento el martes, hasta las manifestaciones por la avenida los días sucesivos. La plantilla mantiene su calendario de protestas vigente hasta el 14 de agosto, mientras la reunión convocada para este jueves en el Sercla representa una oportunidad clave para intentar desbloquear el conflicto.

Las reivindicaciones de la plantilla

Los trabajadores de la empresa Tranvías de Cádiz a San Fernando y Carraca S.A., concesionaria del servicio de autobuses urbanos, reclaman una mejora sustancial de sus condiciones laborales. Entre sus principales demandas figuran el cumplimiento efectivo de los descansos reglamentarios de 15 minutos, mejoras en las licencias y pluses salariales, la implementación del registro digital de jornada, y la compensación por la sobrecarga de trabajo, especialmente en fechas festivas o eventos con gran afluencia.

También exigen el mantenimiento de derechos consolidados y una negociación real del nuevo convenio colectivo —el anterior venció el 31 de diciembre de 2024— con un calendario de reuniones serio y una actitud receptiva por parte de la empresa. Los sindicatos denuncian que, hasta ahora, la empresa ha mostrado una postura inmovilista, negándose a reconocer condiciones mínimas y evitando comprometerse a nuevas negociaciones.

La ciudadanía sigue esperando una solución que no llega. Mientras empresa y plantilla se preparan para el encuentro en el Sercla, la ciudad continúa sufriendo los efectos diarios de una huelga que impacta de lleno en quienes menos margen tienen para adaptarse a ella.