Rafael Contreras y Manuel Vizcaíno, durante el acto de inicio de cotización de Nomadar en el Nasdaq. Foto: Cádiz CF
Rafael Contreras y Manuel Vizcaíno, durante el acto de inicio de cotización de Nomadar en el Nasdaq. Foto: Cádiz CF

El Cádiz CF debuta en el Nasdaq con el alcalde de El Puerto pero sin el de Cádiz

Nomadar, la filial tecnológica del club, inicia su cotización en Wall Street con un trasfondo que apunta a un futuro lejos de la ciudad de la que lleva su nombre

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El Cñadiz Cf ya puede presumir de ser el primer club de fútbol español en cotizar en el Nasdaq. El gran sueño americano Rafael Contreras, vicepresidente del club hecho realidad. Pero un día histórico que con hechos, presencias y ausencias patrece que puede ser también el primer paso de la marcha del club de la ciudad.

En la pantalla más icónica del Nasdaq, el escudo del Cádiz CF se mezcló con el logo de Nomadar, la filial tecnológica del club que desde hoy cotiza en la bolsa de Nueva York. Rafael Contreras y Manuel Vizcaíno, traje oscuro (sin cobarta), sonrisa medida y trofeo en mano, fueron los protagonistas del acto que se pudo seguir en directo por el canal del club y por la propia web del mercado estadounidense.

La puesta en escena fue tan cuidada como previsible: fondo azul, campo de fútbol virtual y un mensaje de bienvenida a “Nomadar Corp.” que convertía un proyecto local en un acontecimiento global.

Tras unos minutos, la ceremonia arrancó con la intervención, en inglés, del vicepresidente cadista y artífice de la operación, Rafael Contreras, que se presentó ante el parqué neoyorquino como un visionario dispuesto a conectar “el deporte, la tecnología y la salud”.

Tras el padre de la criatura, el presidente Manuel Vizcaíno esperaba fuera de cámara, mientras Contreras acaparaba la atención y cerraba su discurso con una frase que Nasdaq ha repetido en sus redes: “At Nomadar, we believe in the power of sport and technology to enhance people’s health and happiness”, que traducido resulta "En Nomadar creemos en el poder del deporte y la tecnología para mejorar la salud y la felicidad de las personas".

El momento más simbólico llegó cuando Contreras, visiblemente emocionado, fue el encargado de pulsar el botón virtual que daba inicio a la cotización. Una vez cumplido el gesto, llegaron los aplausos, los trofeos de cristal y la foto de familia.

La escenografía seguía el manual de Wall Street: luces, música triunfal y gestos calculados de entusiasmo. Para el Cádiz CF, fue el instante que sellaba su condición de primer club español con una filial cotizando en Estados Unidos. Para Contreras, la culminación de un sueño que lleva persiguiendo media vida.

Entre los presentes, una figura destacó: el alcalde de El Puerto de Santa María, Germán Beardo, asistió como vicepresidente de la Diputación y responsable de Turismo, uno de los patrocinadores del club. Ninguna representación, sin embargo, del Ayuntamiento de Cádiz, algo que no ha pasado inadvertido en la lectura política y simbólica del acto.

El club gaditano ha dado el salto a Wall Street, pero lo ha hecho acompañado por la ciudad vecina con la que impulsa su macroproyecto Sportech City, otro invento de Contreras, llamado a transformar El Puerto en un polo de innovación deportiva.

Un movimiento que, más allá del relato tecnológico, muchos interpretan como el primer paso real para que el Cádiz CF mire a otro horizonte y empiece a alejarse de la ciudad que lo acoge desde 1910. Eso sí, Bruno García alcalde de Cádiz, los ha felicitado en redes sociales.

La retransmisión mostró también un vídeo de homenaje en el que aparecían jugadores, abonados y patrocinadores, y un breve saludo del Mágico González, que felicitó al club y a su afición por “llevar el espíritu del Cádiz hasta Nueva York”.

El debut de Nomadar llega con una valoración inicial de 218 millones de dólares, según medios especializados, aunque la verdadera cifra que preocupa en Cádiz es otra: las pérdidas acumuladas de la filial tecnológica, que rozan los dos millones en apenas año y medio.

Un estreno histórico, sí, pero también una historia en números rojos, un color que parece demasiado habitual en el currículum empresarial de Rafael Contreras.

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