El paro vuelve a subir en la provincia de Cádiz en octubre
El sector servicios es de nuevo el más castigado tras el fin de la temporada estival
Octubre vuelve a dejar de datos negativos para el empleo en la provincia de Cádiz, que encadena su segundo mes consecutivo de retroceso. El final del verano ya apuntó esta tendencia y octubre la ha confirmado.
El paro vuelve a subir y la afiliación a la Seguridad Social vuelve a caer, dos indicadores que reflejan el fin del impulso del veranol y la excesiva dependencia estructural del mercado laboral gaditano de los sectores más estacionales, en especial el turismo y la hostelería.
El mes cierra con más de 113.700 personas desempleadas, unas 1.200 más que en septiembre, lo que supone una subida ligeramente superior a la media nacional. Aunque el repunte repite el patrón del año pasado, la diferencia con 2024 sigue siendo significativa.
En la provincia gaditana hay cerca de 10.000 parados menos que entonces, una mejora que demuestra que, pese al parón, Cádiz conserva parte del empleo generado durante la temporada alta.

Sin embargo, el dato de afiliación frena cualquier lectura optimista. La provincia pierde más de 3.300 cotizantes en apenas un mes, lo que reduce el número total de personas trabajando en alta a unos 422.000. Es una pérdida de empleo real, no solo estadística, y evidencia la fragilidad de un mercado laboral que crece a golpe de verano y se contrae en cuanto se acaban los contratos temporales.
Los servicios, el sector más castigado
El comportamiento del paro gaditano vuelve a estar determinado por el sector servicios, que concentra la práctica totalidad del aumento. Actividades como la hostelería, el comercio, la educación y los servicios sanitarios suman la mayoría de los nuevos demandantes de empleo, confirmando que el fin del verano arrastra una vez más a miles de trabajadores.

En total, más de setenta y nueve mil personas están inscritas en el SAE en este sector, cerca del 70 % del total provincial. En cambio, los sectores productivos tradicionales (agricultura, industria y construcción) consiguen rebajar ligeramente sus cifras, aunque sin compensar el golpe general. El colectivo sin empleo anterior también vuelve a aumentar con fuerza, lo que refleja la entrada de nuevos demandantes tras contratos breves o primeros empleos estivales.
Este desequilibrio confirma una debilidad estructural que Cádiz no logra superar: cuando el turismo baja el ritmo, el resto de la economía provincial no tiene capacidad para absorber a los trabajadores que regresan al paro. La falta de diversificación, la temporalidad y la alta rotación laboral mantienen a la provincia en un ciclo repetido cada otoño.
La desigualdad por género y edad vuelve a evidenciarse
El paro femenino vuelve a ser mayoritario y sigue sin mostrar señales de corrección. En Cádiz, más del 63 por ciento de las personas desempleadas son mujeres, una proporción que se mantiene estable mes a mes pero que refleja una brecha laboral profunda. Ellas son también las que más retornan al desempleo tras el fin de la temporada alta: siete de cada diez nuevos parados del último mes son mujeres.

Por edades, la estructura también repite un patrón consolidado: los mayores de 45 años representan ya más de la mitad de los demandantes, un grupo que supera los 64.000 parados y que acumula los mayores niveles de desempleo de larga duración. Entre los 25 y 44 años hay alrededor de 39.000 personas sin empleo, y los menores de 25 apenas rozan los 9.300, aunque con una tasa de temporalidad que dificulta su consolidación laboral.
En los tramos más jóvenes las diferencias por sexo son mínimas, pero a partir de los 30 años la brecha se agranda hasta duplicarse en algunos casos. Las mujeres mayores de 45 años concentran buena parte del desempleo estructural, un fenómeno que se asocia tanto a la dificultad de reinserción laboral como a la escasa oferta estable en los sectores donde tradicionalmente trabajan.

La afiliación también cae
El otro indicador que completa la radiografía del mercado laboral gaditano es la pérdida de afiliación. Octubre vuelve a cerrar con descenso de cotizantes, lo que significa que no solo hay más personas buscando trabajo, sino también menos trabajando efectivamente.
La provincia contabiliza unos 3.378 afiliados menos que en septiembre, un recorte que la sitúa en torno a los 422.883 trabajadores. El ajuste se concentra en el régimen general, donde desaparecen miles de empleos vinculados al sector servicios y, en particular, a la hostelería, que se deja más de 4.000 afiliados en un solo mes.
En cambio, la educación vuelve a ganar peso con el inicio del curso, compensando parcialmente las pérdidas del turismo y la restauración. Los autónomos logran resistir e incluso crecer ligeramente, lo que sugiere cierta estabilidad en el tejido empresarial más pequeño.
Pese a todo, la foto final es clara: el empleo en Cádiz vuelve a depender de los meses cálidos y sufre un frenazo en cuanto la temporada alta toca a su fin. La provincia sigue mostrando un mercado laboral vulnerable, con demasiada temporalidad y escaso margen para mantener la ocupación durante el resto del año.