
Bruselas reitera su recomendación del “kit 72 horas” ante nuevas alertas de Red Eléctrica por riesgo de apagón
La Comisión Europea insta a los ciudadanos a prepararse para posibles interrupciones del suministro

El recuerdo del gran apagón del pasado 28 de abril, cuando buena parte de España y el sur de Francia quedaron sin electricidad durante varias horas (en función de su ubicación), sigue muy presente.
Aquel colapso afectó a casi 50 millones de personas, paralizando trenes, ascensores y sistemas de comunicación en cuestión de minutos. Lo que comenzó como un fallo puntual terminó siendo una reacción en cadena dentro del sistema eléctrico, dejando en evidencia su vulnerabilidad.
Meses después, Red Eléctrica de España (REE) ha vuelto a encender todas las alarmas y según su último informe, el operador del sistema ha detectado “variaciones bruscas de tensión” en la red peninsular que, de no corregirse a tiempo, podrían comprometer la seguridad del suministro.
La empresa ha solicitado a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) la aprobación de forma urgente de medidas técnicas para reforzar la estabilidad.
Con el otoño recién comenzado y el invierno a la vuelta de la esquina, el temor a un nuevo apagón -que es posible- vuelve al debate público. Y con él, la pregunta que ya se repite en Bruselas: ¿estamos preparados para soportar 72 horas sin electricidad?
La estrategia europea de resiliencia ciudadana ante un apagón
Tras el apagón de abril, la Comisión Europea reactivó su protocolo de resiliencia civil, una guía que pretende establecer medidas básicas para que cada hogar pueda resistir tres días sin ayuda externa.
No se trata de alarmismo, indican desde Bruselas, sino de una medida preventiva frente a crisis energéticas, catástrofes naturales o ciberataques que afecten infraestructuras críticas.
El objetivo es evidente y es que que cada familia disponga de un kit básico de emergencia, sencillo y accesible, capaz de cubrir necesidades esenciales mientras se restablece el suministro.
Qué debe incluir el “kit 72 horas”
La lista, difundida por la Dirección General de Protección Civil de la UE, es tan concreta como tremendamente práctica. Estos son los elementos imprescindibles que recomienda Bruselas:
Agua potable, suficiente para unos tres días (con al menos tres litros por persona y día).
Alimentos no perecederos, tales como conservas, galletas, barritas energéticas o frutos secos, que no requieran refrigeración ni cocinado.
Medicación básica y tratamientos personales, sobre todo para quienes dependen de fármacos diarios.
Radio portátil y linterna a pilas, junto con baterías de repuesto, para seguir la información de forma oficial y mantener iluminación.
Cargadores externos o baterías portátiles para dispositivos móviles.
Efectivo (dinero en metálico), ya que los sistemas electrónicos de pago podrían quedar inoperativos.
Mantas, abrigo o sacos de dormir, para afrontar el frío pues no habrá calefacción.
Botiquín de primeros auxilios con material esencial: gasas, desinfectante, analgésicos, tiritas.
Documentación personal y contactos importantes anotados en papel, por si las redes digitales dejan de funcionar.
La Comisión Europea ha insistido en que estos recursos no buscan sustituir la actuación institucional, sino ganar tiempo y tranquilidad en los primeros momentos de una emergencia.
Red Eléctrica pide actuar antes de que sea tarde
Mientras tanto, REE advierte que las tensiones detectadas en el sistema podrían anticipar otros nuevos incidentes si no se aplican correcciones estructurales.
Los ingenieros del operador trabajan en coordinación con Bruselas y con los ministerios competentes para introducir ajustes de frecuencia y protección que refuercen la red frente a picos de demanda o caídas de suministro.
Fuentes del sector recuerdan que el apagón de abril solo se trató de “una llamada de atención” sobre la fragilidad de la interconexión europea, especialmente en los momentos de alta carga o fenómenos meteorológicos extremos.
En un contexto marcado por la transición energética, el aumento del consumo digital y la dependencia de fuentes renovables intermitentes, la estabilidad eléctrica se ha convertido en un asunto estratégico.
Expertos en protección civil han insistido en que la prevención doméstica es tan importante como la respuesta institucional. Tener un plan familiar, conocer los puntos de encuentro, disponer de linternas y agua, o saber cómo actuar ante un corte prolongado puede marcar la diferencia entre el caos y la normalidad temporal.
Aunque el escenario de un gran apagón sigue siendo poco probable, las recientes advertencias de Red Eléctrica y la insistencia de Bruselas en la autoprotección ciudadana potencian una idea como es la energía no es infinita, y estar preparados es una forma de proteger lo esencial.