Mujer apagando con el mando a distancia un aire acondicionado.
El aire acondicionado suele implicar mucho gasto eléctrico.

Cinco trucos fundamentales para ahorrar luz este verano sin pasar calor

AEMET apunta a previsiones meteorológicas de unos meses intensos en cuanto a calor, y cada grado que sube el termómetro se traduce en un mayor uso de todos los aparatos de refrigeración

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Con las olas de calor del verano y las altas temperaturas que ya comienzan a sentirse en buena parte del país, muchas familias se encuentran ante un típico dilema estival como es cómo estar frescos sin que la factura de la luz se dispare.

Las previsiones meteorológicas apuntan a unos meses intensos en cuanto a calor, y cada grado que sube el termómetro se traduce en un mayor uso de todos los aparatos de refrigeración y, por consecuentemente, en un incremento del consumo eléctrico.

Sin embargo, existen medidas sencillas que pueden marcar la diferencia en el sentido del confort y en el del ahorro. Por ello hay cinco consejos prácticos para reducir el gasto energético durante los meses más cálidos del año.

Consejos prácticos para ahorrar en verano con la factura de la luz

Uno de los primeros consejos es ajustar el aire acondicionado de forma eficiente, este aparato es, sin duda, uno de los grandes protagonistas del verano en muchos domicilios. Pero también es uno de los aparatos que más electricidad consume.

A fin de de poder optimizar su uso, es recomendable fijar el termostato a una temperatura de entre 24 y 26 grados, una temperatura suficiente que debe mantener una sensación de frescor sin que ello implique un gasto excesivo.

Igualmente es conveniente mantener los filtros limpios para que el sistema funcione de forma más eficiente y aprovechar las funciones de ahorro energético que suele tener, en el caso que las incorpore el equipo.

La ventilación natural suele ser el mejor aliado en las horas frescas. Durante la madrugada, las primeras horas del día o al caer la noche, la temperatura exterior es cuando comienza a descender, convirtiéndose en el momento perfecto para ventilar la vivienda.

Para ello hay que abrir ventanas en esas franjas horarias lo cual permite renovar el aire y refrescar los espacios sin necesidad de recurrir a dispositivos eléctricos. Por el contrario, en las horas de mayor intensidad del sol es aconsejable mantener persianas y cortinas cerradas a fin de evitar que el calor entre en casa.

Los ventiladores son una alternativa eficiente y económica aunque no enfrían el aire como un sistema de aire acondicionado lo cierto es que los ventiladores ayudan a generar una sensación térmica que suele ser más agradable gracias al movimiento del aire.

Cabe destacar que el consumo eléctrico es mucho menor, por lo que son una buena opción en jornadas calurosas que no sean extremas. Colocar un recipiente con hielo frente al ventilador ayuda a potenciar su efecto refrescante.

Hay que eliminar el consumo fantasma pues muchos dispositivos siguen consumiendo energía pese a que estén apagados, simplemente por estar conectados a la red. Suele ser lo que se denomina como "consumo fantasma".

Lo mejor para evitarlo es desconectar completamente los aparatos que no se estén utilizando en ese momento tales como cargadores, televisores o equipos de sonido. Utilizar regletas con interruptor hace que esta tarea sea más fácil y contribuye a un ahorro notable al final del mes.

Cuidado con los electrodomésticos que generan calor. El horno, la plancha o incluso algunos modelos de lavadora pueden convertirse en potenciales generadores de calor dentro del hogar.

Por todo ello, en los días más calurosos, es mejor limitar su uso o programarlos en las horas en las que son menos cálidas.

También es conveniente apostar por comidas frías, ensaladas o platos que no requieran cocción prolongada pues esto implica mantener una temperatura interior más agradable.

Adoptar estos hábitos permite reducir mucho el importe de la factura eléctrica así como también contribuye a un uso más sostenible de los recursos energéticos.

Con pequeños gestos diarios, es posible pasar -en la medida de lo posible- el verano con comodidad, eficiencia y responsabilidad medioambiental. Ahorrar energía implica cuidar del planeta.