
Dietas milagro en redes sociales: el peligro oculto que amenaza tu salud este septiembre
La Asociación Española de Consumidores alerta sobre el auge de dietas milagro tras el verano

Cada final de verano, tras los excesos alimenticios habituales en las vacaciones, pasarse un como en temas gastronómicos, resurgen en internet y redes sociales las llamadas dietas milagro.
La Asociación Española de Consumidores ha emitido una advertencia sobre la proliferación de estos métodos que prometen unos sorprendentes resultados rápidos, pero que carecen de evidencia científica y suponen un riesgo alto para la salud.
El organismo subraya que la obsesión social por adelgazar, unida a la presión estética, lleva a muchas personas a caer en estos sistemas rápidos de adelgazamiento.
El problema, añaden, va más allá de la imagen dado que la obesidad es una de las principales preocupaciones sanitarias, ya que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, hipertensión o ciertos tipos de cáncer. En este contexto, las soluciones rápidas se convierten en un anzuelo peligroso.
Las llamadas dietas milagro suelen caracterizarse por prometer pérdidas de peso inmediatas y sin demasiado esfuerzo. Sin embargo, lo que ocurre en realidad es que el descenso inicial en la báscula suele deberse a la pérdida de agua y masa muscular -que es algo habitual-, más que a una reducción efectiva de la grasa corporal.
Igualmente estas dietas fomentan una alimentación desequilibrada al excluir grupos completos de alimentos, lo que puede llevar a carencias nutricionales y problemas de salud adicionales.
Malas dietas de adelgazamiento
La Asociación Española de Consumidores lamenta que muchas de estas dietas sean recomendadas por personas que son totalmente ajenas al ámbito de la nutrición.
En algunos casos, incluso se promueve la compra de productos específicos que están relacionados a la dieta, con precios que pueden suponer un gasto elevado para los consumidores.
“No solo se trata de un fraude económico, sino de un riesgo sanitario evidente”, indican desde la organización.
A esta situación se suma el problema del intrusismo profesional que existe. Cada vez es más habitual que personas sin formación acreditada en nutrición ofrezcan asesoramiento o vendan programas milagro de adelgazamiento, lo que incrementa la exposición de los ciudadanos a tratamientos inadecuados.
Según la Asociación, la inacción de las Administraciones Públicas ante estas prácticas irregulares deja a los consumidores en una posición de bastante vulnerabilidad.
Frente a las dietas restrictivas y sin base científica, la Asociación Española de Consumidores insiste en que la única vía segura para mantener un peso saludable es acudir a un dietista-nutricionista que esté acreditado.
Estos profesionales pueden guiar a cada persona hacia un estilo de vida equilibrado que combine una dieta variada, moderada y sostenible con la práctica regular de lo que debe ser la actividad física.
El organismo recuerda que no existen atajos milagrosos. Los procesos de pérdida de peso requieren tiempo, de mucha constancia y que tenga en cuenta no solo la alimentación, sino también los hábitos de descanso y la gestión del estrés. “La salud no puede quedar en manos de promesas rápidas difundidas por redes sociales”, señalan.
Por ello, la entidad hace un llamamiento urgente a las Administraciones Públicas con competencia en la materia. Reclaman que se intensifique la vigilancia sobre la proliferación de dietas que no tienen aval científico y que se tomen medidas para evitar la publicidad engañosa y el intrusismo.
La organización considera “inadmisible” la pasividad institucional ante un fenómeno que pone en serio riesgo la salud de miles de personas.
La obesidad y el sobrepeso constituyen uno de los grandes desafíos sanitarios del siglo XXI. Según advierten especialistas, la combinación de lo que son factores como sedentarismo, hábitos alimentarios poco saludables y presión estética genera un caldo de cultivo ideal para el éxito de las dietas milagro.
Cada año, millones de usuarios se exponen a recomendaciones que pueden desembocar en trastornos de tipos alimentarios, deficiencias nutricionales o efectos rebote que agravan el problema.
La Asociación Española de Consumidores insiste en que la protección de los ciudadanos frente a estos riesgos debe ser una prioridad. Mientras tanto, recomienda a los usuarios desconfiar de cualquier propuesta que prometa resultados inmediatos, rápidos y sin esfuerzo, y optar por fuentes profesionales acreditadas que garanticen seguridad y eficacia.