El 41% de los españoles no bebe agua del grifo, así elige la OCU las aguas embotelladas más recomendadas
La sorprendente diferencia de precios en el agua embotellada, hasta un 67% más cara con gas, según la OCU
El agua, fuente esencial para la vida y el bienestar humano, ha pasado de ser un bien básico a un producto que tiene múltiples versiones y precios en el mercado.
En un contexto donde las opciones de aguas embotelladas se multiplican en los estantes de los supermercados, elegir la más adecuada y conveniente se ha convertido en una tarea compleja.
Factores como la calidad, el origen del manantial y el impacto ambiental del transporte son hoy muy determinantes para un consumidor cada vez más consciente.
En España, el crecimiento del consumo de agua embotellada refleja no solo una preocupación por la salud, sino también una percepción —no siempre está justificada— de que el agua del grifo es de menor calidad.
Según un reciente estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la preferencia por el agua embotellada sigue en subida. De acuerdo con los datos recogidos, un 41% de los españoles nunca bebe agua del grifo, decantándose por versiones envasadas.
Esta tendencia es aún más marcada en las zonas costeras, donde un 70% de los habitantes bebe regularmente agua embotellada. Por el contrario, alrededor de un 30% de la población opta por no adquirirla en absoluto, evidenciando una división muy evidente en los hábitos de consumo a lo largo del territorio.
Un mercado, del agua embotellada, saturado y diverso
Con el objetivo de orientar a los consumidores en un mercado tan competitivo, la OCU analizó 91 tipos de aguas embotelladas que se encuentran disponibles en los principales supermercados españoles, entre ellas 22 con gas y 69 sin gas.
El estudio se llevó a cabo en establecimientos como por ejemplo Carrefour, Mercadona, El Corte Inglés, Dia y Alcampo, abarcando ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Málaga, Bilbao, Valladolid, Toledo y Zaragoza.
El análisis reveló que el precio sigue siendo el factor decisivo para la mayoría de los consumidores, muy por encima del prestigio de la marca o el lugar de origen del agua.
Esta tendencia, según la OCU, refleja una creciente preocupación económica que existe en los hogares, donde la hidratación diaria se busca equilibrar con un gasto moderado.
Los resultados mostraron diferencias significativas tanto en el costo como en la composición mineral de las aguas analizadas. En general, las aguas con gas resultan ser un 67% más caras que las sin gas.
También las marcas blancas o de distribuidor ofrecen un ahorro notable: son en promedio un 52% más económicas que las de marca comercial. Por ejemplo, mientras una botella de marca reconocida ronda los 0,87 euros por litro, las opciones de marca blanca tiene un precio de alrededor de 0,42 euros.
Entre las más asequibles se destaca el agua Fontecabras de La Majuela, con un precio de apenas 0,13 euros por litro, lo que la convierte en una buena alternativa y especialmente atractiva para quienes buscan calidad y bajo coste.
Diferencias regionales y origen del agua
El informe también expone notables diferencias geográficas en el precio del agua embotellada. Las provincias de Málaga y Sevilla registran los valores que son más bajos del país, mientras que Madrid y Valencia se sitúan entre las más caras.
Otro dato relevante es que la mayoría de las aguas comercializadas provienen de manantiales locales o regionales, esto reduce el impacto ambiental del transporte. Sin embargo, algunas marcas importadas —que son procedentes de países europeos— mantienen precios considerablemente más altos, asociados al prestigio del origen.
La OCU también destaca la importancia de valorar la procedencia del agua y las condiciones de envasado, ya que no todas las aguas minerales tienen la misma composición o beneficios.
Mientras algunas destacan por su bajo contenido en sodio, otras ofrecen mayor concentración de minerales como calcio o magnesio, que son unos aspectos que pueden influir en la elección según las necesidades de cada persona.
Más allá del análisis de precios y calidad, la OCU ha recordado que la opción más sostenible sigue siendo el consumo de agua del grifo, siempre que su calidad lo permita.
En la mayoría de las ciudades españolas, el agua corriente cumple con los estándares europeos de seguridad y salubridad.
Pero para quienes prefieren el agua embotellada, la organización recomienda seguir algunas pautas tales como comprobar las condiciones de almacenamiento, elegir envases grandes para reducir el costo por litro y, sobre todo, reciclar correctamente las botellas utilizadas.
En un momento en que la preocupación ambiental y la economía doméstica se mezclan, el estudio de la OCU ofrece una guía valiosa para los consumidores. La decisión de qué agua beber va más allá del sabor o la comodidad e implica una elección consciente entre salud, sostenibilidad y responsabilidad económica.