Las mejores mayonesas del mercado y una sorpresa vegana que arrasa en España
Estas mayonesas te harán olvidar la casera: las favoritas de los expertos
Sin mayonesa, muchos de los grandes placeres culinarios perderían su sentido. Sin esa textura tan cremosa y ese toque ácido y graso, la ensaladilla rusa sería una sombra de sí misma, los bocadillos quedarían secos y las patatas fritas sabrían solo a patatas.
Desde hace más de dos siglos, esta salsa blanca ha acompañado la evolución gastronómica y se ha convertido en uno de los ingredientes que son más versátiles y populares del mundo.
En España, su presencia es tan dominante que, según datos de Statista, en el año 2015 se consumieron más de 52,9 millones de kilos, consolidándola como la salsa favorita del país.
Su origen, sin embargo, sigue envuelto en un halo muy de misterio. Algunos sitúan su invención en la isla de Mahón, de donde habría derivado su nombre; otros, en las cocinas del mariscal Richelieu durante el siglo XVIII.
Pero sea cual fuere la historia verdadera, lo cierto es que la mayonesa ha sobrevivido al paso del tiempo, adaptándose a las nuevas tendencias que hay alimentarias y conquistando tanto a los puristas como a quienes buscan sabores distintos.
La fórmula que nunca falla de la mahonesa
Hacer mayonesa parece sencillo, pero tiene su ciencia. Solo se necesitan ingredientes como aceite vegetal, huevos, sal y un toque de limón o vinagre.
Pero el proceso de emulsión puede ser caprichoso: si no se hace con cuidado, la salsa puede “cortarse” y perder su textura perfecta. Pese a ello, quienes dominan la técnica aseguran que el esfuerzo vale la pena, pues el sabor de la mayonesa casera es incomparable.
Para quienes no quieren arriesgarse, las versiones industriales ofrecen una alternativa que resulta cada vez más sofisticada.
En España, marcas como Ybarra, Musa y Santa Teresa han logrado productos de gran calidad elaborados con aceite de oliva, una rareza en el mercado internacional en el que predomina el de girasol.
La sevillana Ybarra destaca por su untuosidad y equilibrio de sabor, mientras que la Musa es apreciada por su toque más bien cítrico, ideal para sándwiches y platos fríos.
Por su parte, Santa Teresa ofrece una textura y sabor muy similares a la mayonesa que es más tradicional, perfecta para quienes buscan un resultado “como el de casa”.
La revolución vegana y los sabores del mundo de la mahonesa
La demanda de productos veganos ha impulsado una nueva generación de mayonesas que son sin huevo. La Hellmann’s Vegana es una de las más populares ya que mantiene el color, la textura y el sabor de la original, aunque con un punto más ácido.
En el ámbito artesanal, la marca británica Plamil ofrece una opción que es más equilibrada, sin excesiva sal ni acidez, y con un toque dulce que combina bien incluso en recetas dulces como bizcochos o magdalenas con cacao.
Pero no solo el veganismo ha influido en la evolución de la mayonesa. Las versiones como la francesas y japonesas también han ganado terreno. En Bélgica y Francia, la mayonesa suele incorporar mostaza, un ingrediente que le da un matiz picante y sofisticado.
Marcas como Natura o Maille han logrado reinterpretar la receta que es más clásica con excelentes resultados: la primera ofrece un sabor intenso a huevo y acidez equilibrada, entre tanto que la segunda destaca por el uso de aceite de colza, que suaviza la mezcla y realza la mostaza.
Desde Asia llega otra propuesta singular que es la Kewpie, una mayonesa japonesa que utiliza solo yemas y ofrece un sabor más profundo y umami. Su versión con wasabi es sobre todo apreciada por los amantes del picante, ideal para acompañar sushi, arroz o pollo.
En la misma línea, marcas como ESpicy y Flying Goose han fusionado la mayonesa con otras salsas picantes como la sriracha, logrando una experiencia de sabor que combina dulzura, calor y un toque exótico.
Más allá de modas y tendencias, la mayonesa continúa siendo un símbolo de placer cotidiano al paladar y creatividad culinaria. Ha pasado de ser una simple salsa de acompañamiento a un ingrediente básico en la cocina moderna, capaz de unir culturas y paladares.
En un mundo donde las dietas cambian y los gustos evolucionan, esta emulsión blanca sigue demostrando que la simplicidad, cuando se ejecuta bien, puede ser inmortal, eterna. Con huevo o sin él, con aceite de oliva o con mostaza, la mayonesa mantiene intacto su trono como una de las grandes joyas de la gastronomía española y mundial.