
El león guardián de San Marcos en Venecia podría ser una escultura funeraria china
Un análisis del bronce revela que el icónico símbolo de Venecia no sería europeo

Durante siglos, el león alado que preside una de las columnas de la popular Piazzetta de San Marcos ha sido el emblema indiscutible de Venecia.
Su silueta domina la plaza más célebre de la ciudad, testigo del poder marítimo de la antigua República aunque una reciente investigación liderada por la Universidad de Padua ha revelado un origen tan inesperado como fascinante.
Este león emblema de la ciudad podría ser, en realidad, una escultura funeraria china del siglo VIII, procedente de la dinastía Tang.
El hallazgo, encabezado por el arqueólogo Massimo Vidale, viene a cuestionar siglos de historia y pone en duda la autoría europea del símbolo más reconocible de la Serenísima. S
Según los investigadores, tanto la composición del metal como el estilo escultórico apuntan a una procedencia oriental, muy anterior a la fundición veneciana de época medieval que hasta ahora se daba por cierta.
El bronce que delata un origen lejano, de China, no de Venecia
El punto de partida del estudio fue el propio material de la escultura, realizados análisis de isótopos de plomo, los especialistas rastrearon el origen del cobre empleado en la aleación.
Los resultados fueron sorprendentes puesto que el metal no proviene de las minas del Mediterráneo ni de Anatolia, sino del valle del Yangtsé, en el sureste de China, una región muy rica en yacimientos explotados por la dinastía Tang.
Tres muestras tomadas durante una restauración en el año 1990 confirmaron que el cobre coincide con el utilizado en antiguas esculturas funerarias chinas.
Esta coincidencia llevó a los expertos a comparar el león veneciano con figuras denominadas zhènmùshòu, que son los guardianes de tumbas diseñados para proteger las almas de los difuntos.
Las semejanzas, según el equipo, son notables ya que tienen orejas puntiagudas, hocico ancho, mandíbulas prominentes y vestigios de cuernos serrados, rasgos muy distintos de los leones europeos.
Todo apunta a que la criatura de San Marcos fue, en origen, un híbrido entre león y dragón teniendo una función espiritual.
La pregunta es: ¿Cómo terminó una pieza funeraria china en el corazón de Venecia? Los historiadores indican una posible conexión con la familia Polo, célebre por sus viajes entre Europa y Asia en el siglo XIII. Niccolò y Maffeo Polo —que eran padre y tío de Marco Polo— residieron en la corte del emperador Kublai Khan, en la actual Pekín.
Allí mantuvieron relaciones diplomáticas con la élite del Imperio Yuan no descartándose que durante su estancia adquirieran o recibieran la escultura como obsequio, transportándola de regreso a Europa a través de las rutas de la seda.
Una vez en Venecia, la criatura habría sido reinterpretada a la luz del cristianismo practicándole ligeras modificaciones como la eliminación de los cuernos, redondeo de las orejas y adición de alas.
Así el antiguo guardián oriental se transformó en el león de San Marcos, símbolo del evangelista y emblema político de la República.
Su transformación coincidió con un momento de declive veneciano tras la pérdida de influencia en Constantinopla y esto explicaría la necesidad de adoptar un nuevo icono de poder.
El león de bronce ha sufrido numerosos cambios a lo largo de su historia y se tiene documentos del siglo XIII que ya lo describen dañado; en el año 1797 fue desmontado por las tropas napoleónicas y trasladado a París como trofeo del fin de la República.
Regresó en el año 1815, destrozado y recompuesto con piezas originales y fragmentos de latón. Las restauraciones posteriores revelaron un cuerpo formado por secciones de distintas épocas, un verdadero “Frankenstein simbólico”, en palabras de los investigadores.
Más allá del valor artístico, el descubrimiento obliga a repensar las conexiones entre Oriente y Occidente en plena Edad Media. Si el popular emblema veneciano tiene raíces chinas, significa que las redes comerciales y culturales de la época fueron mucho más profundas de lo que se creía.
Lejos de ser un simple caso de reaprovechamiento artístico, el león de San Marcos encarna es sinónimo de ideas, de comercio y de fe. Su historia —la del mítico guardián funerario en el Imperio Tang a símbolo cristiano en la laguna veneciana— demuestra que la identidad europea tuvo influencia de materiales y significados venidos de otros mundos.