El inquietante caso de la muñeca Whitmore, la muñeca maldita que ‘envejeció’

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En muchas ocasiones hemos tenido referencia de objetos malditos o que inducen a «la mala suerte» -si se cree en ello-; de entre todos los objetos malditos, los que más inquietud provocan, son aquellos relacionados con los juguetes y, más concretamente, los que están encarnados en payasos o muñecas, máximo exponente de todo ello es la muñeca Annabelle, famosa por la película «Expediente Warren» y la saga a la que, cinematográficamente, ha dado lugar.

Las muñecas son juguetes que simbolizan la infancia y son las compañeras de juego de millones de niñas en todo el mundo, pocos podrían imaginar que tras esa apariencia angelical pudieran esconderse excepciones que son las llamadas «muñecas malditas».

La familia Whitmore, de Luisiana (Estados Unidos), parece que poseyó una muy especial que está recogida en el libro “Caught on film” («Captado en vídeo») del investigador paranormal Jim Eaton. Se narra la historia, real, de una muñeca que habría envejecido, a decir de los testigos, al estar presuntamente poseída por un espíritu.

La muñeca pertenecía a una niña llamada Laura Whitmore, de 8 años, y no dejaba de ser una muñeca más. El paso del tiempo hizo que aquella niña dejara las muñecas y quedaran olvidadas en una caja en el sótano. Doce años después dispusieron una limpieza y la sorpresa surgió de aquella caja guardada allí más de una década que contenía los recuerdos, en forma de muñeca, de Laura.

Al abrir la caja se encontraron con algo terrorífico: la muñeca había envejecido como si se tratara de un ser humano, su cara estaba lleno de arrugas al igual que su cuerpo, era terrible. Tenía apariencia de estar momificada y, realmente, estremeció a la familia Whitmore.

¿Leyenda o realidad?

Fueron muchos los investigadores que quisieron analizar/estudiar la muñeca directamente siendo muy discutida su posesión, lo cierto es que expertos en fabricación de muñecas opinaron sobre ello y coincidieron que el plástico o materia orgánica se puede «estropear», descomponer, entrar en un extraño proceso de putrefacción haciendo que las propiedades del plástico pierda sus propiedades y que el pelo se caiga dando origen a imágenes como la de la muñeca de la familia Whitmore.

Se ha comprado el procesos de degradado del plástico con el que se produce en el cuerpo humano cuando envejece, esto hace que los más sensacionalistas hablaran de «muñeca poseída» y que en su interior «habitaba un fantasma» cuando la realidad es bien diferente.

Pero hay una vuelta de tuerca en esta historia y su leyenda: cuentan que el propio vaticano, a través de un despacho jurídico italiano, se interesó en la muñeca llegando a ofrecer 5.000 dólares por ella. En la actualidad, no se sabe a quién fue vendida la misma pues existía una cláusula de confidencialidad. Puede que sólo sea una de esas historias modernas terroríficas que sólo son ciertas en la imaginación de quién la creó…