CÁDIZDIRECTO/Jose Manuel García Bautista.- Los objetos religiosos relacionados con la figura de Jesús de Nazaret siempre tienen la capacidad de subyugar al ser humano, de atraerlo como si fuera un imán y de ejercer su poderosa influencia sobre la cristiandad. Aunque pueda parecer un tópico muchas veces repetidos, las reliquias tenían no sólo un efecto evangelizador sino también el de hacer de una ciudad todo un centro de culto y comercio próspero congregado en torno a las mismas alrededor de las cuales se edificaban templos y hasta iglesias como muy bien quedó retratado en obras como ‘Los pilares de la Tierra’.
Una de esas importantes reliquias la podemos encontrar en la ciudad alemana más antigua, Tréveris, con más de dos milenios de Historia tras ella, en el interior de la Catedral de dicha ciudad encontramos un objeto de culto tan importante como polémico: la Santa Túnica de Tréveris.
Habría que comenzar describiendo a éste curioso objeto, a ésta curiosa reliquia que se trata de una muy desgastada ‘camisa’ con una longitud de 157 centímetros de largo por 109 centímetros de ancho, con medias mangas y con clara fisonomía de túnica. Está practicada en algodón que denota el inexcusable paso del tiempo. En torno a la reliquia se han escrito diferentes artículos, el más conocido es el que se encuentra en la guía de Tréveris bajo el título germano de ‘Wallfahrtsführer Trier und Umgebung’ o, en castellano, ‘Guía de Tréveris y sus alrededores para peregrinos’, escrita por de Hans-Joachim Kann.
La túnica es objeto codiciado por los científicos para realizar pruebas sobre el mismo por el indudable valor que puede tener al estilo de otros conocidos tejidos como la Sábana Santa o el Sudario de Oviedo.
Se ha sabido que el tejido de algodón pudiera datar del siglo I d.C. al II d.C., lo cual encuadraría a la prenda dentro del margen posible para ser contemporáneo de Cristo y haber pertenecido a Él. No obstante las mediciones que se han realizado a otras reliquias supuestamente relacionadas directamente con Jesús de Nazaret han dado resultados realmente negativos y desconsoladores.
El tejido de algodón ha sido remendado y reforzado en siglos posteriores, posiblemente por la acción piadosa de las religiosas que lo guardaron. El hecho de haber podido pertenecer a Jesús de Nazaret, improbable pero no imposible, le confieren ese aura de santidad con el que en la actualidad es tratada.
Como referencias históricas del lienzo nos encontramos con los textos de Juan, el Evangelista, el cual en Jn. 19:23 habla de una túnica sin costuras que vestía Jesucristo, ¿sería la túnica sagrada que se venera en Tréveris o se trata de otra reliquia perdida?
Sobre las condiciones por las que hoy se encuentra en la ciudad alemana poco se sabe más que llegó donada por la madre de Constantino I ‘El Grande’, la emperatriz Elena, muy devota y buscadora de todo lo relacionado con el Maestro de Galilea. Se tiene constancia histórica de si presencia en Tréveris desde el año 1196.
La Catedral sería su lugar de acogida, sonde se la guarda y se ha expuesto a los fieles en diferentes ocasiones desde el pasado, desde el siglo XVI. En el año 1655, tras la ‘Guerra de los Treinta Años’, fue exhibida pues Tréveris fue una ciudad que pagó caro el entente bélico y la venta de todo tipo de recuerdos relacionados con la túnica ha sido fuente de suculentos beneficios para la Iglesia y comerciantes.
En el pasado siglo XX se realizaron tres importantes peregrinaciones para contemplar y rezarle a la «túnica sagrada», fueron en los años 1933, 1959 y 1996. En 1933 coincidió con el que Hitler había sido elegido canciller del Reich alemán. De esa forma se dispuso una parafernalia impresionante en torno a la reliquia pues gozó de una guardia de honor nazi uniformada y formada militarmente frente a los peregrinos en el mismo exterior de la catedral. Se ha calculado que fueron más de dos millones de peregrinos los que se trasladaron a Tréveris a ver la reliquia.
Sobre las peregrinaciones de los años 1959 y 1996 el autor Herbert decía: «En 1959 las calles estaban llenas de gente; casi en cada esquina había puestos con vendedores de recuerdos. Este año todo es mucho más tranquilo». El número de visitantes ha disminuido, en 1959 es estiman las visitas en casi 1.750.000, y en 1996 en unas 700.000.
Sobre la reliquia la Iglesia se ha pronunciado afirmando que no debe tomarse como un objeto de culto, de veneración, pero muchos así lo hacen como le sucede a la misma Síndone de Turín o el ‘Pañolón’ de Oviedo. En el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung el obispo Spital afirmó: «La insólita situación de nuestro mundo desafía a los cristianos a que ofrezcamos respuestas insólitas. Debemos oponernos a la creciente ola de odio, brutalidad y violencia». Así el contemplar la túnica llamaría a la unidad.
Curiosamente en las predicaciones de Jesús de Nazaret se huía mucho de la adoración de ídolos y muy expresiva fue su denuncia en el Templo cuando destrozó los puestos de los mercaderes. El apóstol Pablo, a quién se le atribuye la verdadera creación de la Iglesia, animó a los cristianos con las palabras: «Andamos por fe, no por vista» (2 Corintios 5:7). En virtud de ello describe la unidad que disfrutan los cristianos verdaderos como «la unidad en la fe» (Efesios 4:11-1).
Como antes se refería: las reliquias son algo más que un simple objeto evangelizador.