La Inquisición en Cádiz y los «chivatos de la fe»

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Su nombre causaba pavor a todo aquel que lo escuchaba, se le llamaba «el Santo Oficio» pero realmente poco tenía de «santo» salvo su nombre pues las torturas y matanzas que ordenó en nombre de la fe se podrían considerar casi un genocidio atendiendo a diferentes razones.

Aunque cuando se habla de la Inquisición se suele más mirar a provincias como Sevilla o Granada, donde tuvieron un peso mayor y eran temibles, el Tribunal del Santo Oficio también dejó una huella en Cádiz. Se fundó en 1478 por los Reyes Católicos en pro de la defensa de la fe y los valores cristianos contra los musulmanes y los herejes siendo la Iglesia la que se encargaba de vigilar como se impartía justicia más allá de la propia Justicia.

«Chivatos de la fe»

Los tribunales que tenían la autoridad sobre Cádiz eran, desde 1482, los de Córdoba y Sevilla, pero se tenía un «palacio» inquisitorial en Cádiz donde los inquisidores se encargaban de controlar a la ciudad y a los ciudadanos. Desde Sevilla se controlaba la capital gaditana en estas cuestiones y desde Córdoba toda la provincia.

Pero en Cádiz estaba implantada la Inquisición que se ubicaban en diferentes sedes y con diferentes objetivos. Los llamados «chivatos de la fe» estaban presentes en toda la ciudad y más que imponer la corrección religiosa era una vía de venganzas y «ajuste de cuentas» personales.

Si caminamos por la ciudad y llegamos a la calle San Miguel encontremos una impactante escultura de San Miguel castigando a Lucifer. Este punto era donde se encontraba la sede de la Inquisición en Cádiz según Julio Malo de Molina. Allí se cometieron todo tipo de atrocidades en forma de torturas para arrancar una confesión aunque no era el único punto de la ciudad.

La finca en San Miguel era propiedad del Obispado en tiempos en el que la calle se llamaba «Cuna Vieja» y donde pudo estar, hacia 1620, la «Casa Cuna» de la ciudad para «niños expósitos». De la época se tienen referencias de una hornacina con la imagen de San Miguel, por lo que luego se derivaría de ello su nombre.

El pozo existente en la finca también indica que antes del siglo XVII la sede de la Inquisición pudo estar allí y extenderse hasta la edificación de la casa actual en el siglo XVIII por del Arco y Hondiz.

Igualmente en la plaza de Antonio Martín, antiguamente llamada «de la Cruz Verde» por la cruz que de ese color había en el lugar y que coincidía con el emblema inquisitorial. Podemos leer sobre la Inquisición en este punto: «era costumbre que antes de los autos (o actos) de fe fuera llevada por familiares y otras personas en procesión hasta el sitio en que se iba a realizar la ceremonia. Se colocaba en el estrado y en el cadalso. Había luego otra procesión de devolución de la cruz verde a su iglesia de origen. Este ritual pertenece a las tradiciones que reunían a los actos de fe, para congregar al pueblo en lugares públicos y, en última instancia, impresionar y asustar como una especie de estrategia de control del poder». Una cruz verde que, por contra, también podría ser el emblema de la orden de San Andrés o de Alcántara.

Se sabe que la Inquisición estaba presente en Jerez desde 1481 en función de documentos como las actas capitulares con las quejas sobre los bienes enajenados a los herejes por el Santo Oficio, algo que era usual y sobre los que se amasó una fortuna.

Es posible que en calle de la Cruz Verde estuviera solo la casa del alguacil mayor y que hubiera otro punto inquisitorial cerca de calle Plocia, por temas de control y vigilancia. No obstante el Santo Oficio no era popular en la ciudad. De su acción quedaron documentos tan interesantes como el de la investigación por el asesinato del niño Juan Paez por parte de Juan García de la Yedra, alguacil del Santo Oficio en 1774, que se culpó a judíos y armenios pero sin, finalmente, culpables.

El 15 de julio de 1834 es abolida, durante la Regencia de la reina María Cristina, en época de Isabel II, la Inquisición, antes se aprobó su abolición, en 1812, por las Cortes de Cádiz.