El Palmar de Troya siempre ha sido un foco de interés mediático en España, enclavado cerca de la localidad sevillana de Utrera pronto iba a dejar de ser un punto de presunta aparición mariana y ser una auténtico circo donde videntes, «videntes» y curiosos de este tipo de sucesos se daban cita.
Corría el año 1968 cuando en la finca «La Alcaparrosa» unas niñas dijeron haber visto a una «señora» en un árbol que se identificó, rápidamente, con la Virgen María por aquellos de más fervor religioso, en una época en la que este tipo de sucesos se producían en España como, por ejemplo, los de Garabandal (de 1961 a 1965). Aunque el Arzobispado de Sevilla calificó de «un fenómeno de superstición y de histeria colectiva» pronto se reunían en este lugar cientos de personas con el ánimo de ver si la Virgen se aparecía. De entre todos los videntes que acudían al lugar destacó el que más cara le echó al asunto: Clemente Domínguez, bien secundado por su «mano derecha» que era Manuel Alonso Corral.
El show comenzó con la «milagrosa» manifestación de los estigmas en Clemente, conocido en Sevilla como «La voltio», igualmente comenzó una tarea recaudatoria importante y a dar muestras de cómo era realmente gastando grandes sumas de dinero en fiestas en Alba de Tormes o en llamar «ramera » a Santa Teresa de Jesús; le acusaron de intentar robar las reliquias de la santa e insultar a las religiosas y al Papa Juan Pablo II. «Tenían que habernos dejado matarles porque insultar a la Santa es como hacerlo a nuestra madre» decía un indignado vecino mientras los «palmarianos» huían a toda prisa del lugar.
Otro hecho destacado en la crónica de aquellos días fue el adepto que se mutiló los genitales e intentó suicidarse además de clavarse púas de un cilicio en los ojos, el novicio cubano, de 26 años, parece que era un convencido de la causa palmariana.
Lo cierto es que sobre la cismática iglesia se amontonaban acusaciones de sectarismo, de despojar a sus seguidores de todos sus bienes. Israel del Santo indicaba que los palmarianos tienen más adeptos fuera de España que dentro, en Estados Unidos, Bélgica, Alemania o Irlanda: «Se lo curran para ver cuál es el caso más turbio. Cuando crees que lo tienes todo, aparece otro con un caso más sorprendente todavía».
El subdirector de la serie «El Palmar de Troya» decía: «Una de las cosas que se manifiesta bien en la serie es la gradualidad de esa turbidez. Lo más duro llega desde el final de Clemente hasta Ginés, cosas que tienen que ver sobre todo con un abuso psicológico, porque el abuso sexual que siempre se ha comentado en El Palmar no es una sola violación sino más un control mental y condicionamiento. Es lo que dice uno de los psicólogos del documental, que me parece que lo explica perfectamente: «El consentimiento sexual solo se puede dar en libertad y ahí no son libres». Eso es muy turbio».
Lo cierto es que la Orden de los Carmelitas de la Santa Faz -que es como se llama realmente- ha dado paso a todo tipo de escándalos en estos años, como cuando el propio Clemente Domínguez y todos sus seguidores recibieron al arzobispo vietnamita Pedro Martín Ngo-Dinh Thuc que lo ordenaría obispo y, obviamente, se ganó ser excomulgado.
Igualmente cuando en un trágico accidente Clemente pierde la vista al saltarle las esquirlas del cristal delantero del coche a los ojos, afirmó que «la Virgen le devolvería la vista» y como no se obró el milagro dijo que se sacrificó para limpiar los pecados de la Humanidad, en plan mártir.
En el Palmar de Troya se ha «canonizado» a Franco, José Antonio Primo de Rivera, Cristóbal Colón o Adolf Hitler e, incluso, a la muerte del Papa Pablo VI, en agosto de 1978, con el vacío de poder en el trono del vaticano, aprovechó para autoproclamarse Papa Gregorio XVIII. Mientras seguían recibiendo dinero, sobre todo de la Baronesa del Castillo de Chirel.
En 1980 se comienza a construir la Iglesia Palmariana con torres de 40 metros de alto y muros de hormigón de 6 metros a su alrededor, la secta estaba «montada».
Normas muy duras como ayuno estricto, cero comunicación con el exterior, «donar» las posesiones, no usar -las mujeres- pantalón y llevar velo así como un lavado de cerebro total que hacía que las autoridades vieran con preocupación lo que estaba sucediendo: “Se conocen muchos casos en los que alguien denuncia el caso de, por ejemplo, su hermana a las autoridades, y en los que el protocolo consiste en que la Guardia Civil se persone en la basílica del Palmar y exija hablar con este miembro. En estos casos, se le pide el DNI y se le pregunta ‘¿Está usted aquí por su propia voluntad?’. La respuesta es siempre la misma: sí. A partir de ahí, por desgracia, poco más se puede hacer” decía Del Santo, director de la serie.
Clemente siempre fue el «gran Papa» palmariano, con su fallecimiento fue sustituido por el ideólogo real de la «Iglesia» que fue Manuel Alonso Corral que tuvo un paso discreto dentro de la Orden lejos de su homónimo que fue acusado de haber abusado sexualmente de sacerdotes y monjas palmariano. Aunque el declive económico de la Orden es evidente: “Aún poseen basílicas por todo el mundo, miles de adeptos repartidos por Alemania, Irlanda, Filipinas, Canadá, Estados Unidos, España… Tienen residencias de ancianos en Brasil, Paraguay, Irlanda, Argentina… Pero, curiosamente, han vendido o se han desprendido de la mayoría de posesiones que llegaron a tener en los años dorados en Sevilla».
El último escándalo
Recientemente el que fuera Papa palmariano Ginés Jesús Hernández, Gregorio XVIII del Palmar, dejó su cargo «papal» y se fue a vivir con una ex religiosa de la orden. Se llevó un automóvil de gama alta y dinero en lo que fue un escándalo, aunque lo último es que la Guardia Civil lo está investigando por un presunto delito de cultivo y elaboración de droga en Monachil (Granada), localidad donde reside.
La Guardia Civil fue informada de un robo de marihuana en Monachil y llegaron a la zona donde aún quedaban restos de la droga en la calzada, una vecina indicó la vivienda donde se produjo el robo y en el interior encontraron cogollos de la droga siendo el propietario acusado de cultivo y elaboración de sustancias estupefacientes siendo el acusado Ginés, el «pontífice» huido en 2016.
La historia del Palmar de Troya es apasionante, el claro ejemplo de la picaresca, de la poca vergüenza, de la cara tan dura como el cemento de los muros de su templo, del sectarismo y el fanatismo más cerrado y, también, de la ilegalidad.