Si hay un monumento megalítico que sorprende y llama la atención en el Reino Unido ese es, sin ninguna duda, el de Stonehenge. Es el más claro ejemplo de punto que emana magia, misterio y es considerado como un lugar de poder donde los druidas de hace siglos realizaban todo tipo de acciones relacionada, normalmente, con los diferentes eventos astronómicos como los solsticios y equinoccios.
El conjunto megalítico de Stonehenge es un crómlech de entre el Neolítico y la Edad del Bronce. Se encuentra en el condado de Wiltshire, en Amesbury, Inglaterra, a unos trece kilómetros al norte de Salisbury y se da como fecha de su construcción la del 3100 a.C. y el 2000 a.C. llamando la atención el esfuerzo tan titánico que debieron hacer aquellos hombres de hace milenios para mover, transportar y colocar tan impresionantes piedras en una formación circular que, hoy por hoy, despierta la admiración de los visitantes.
Datación
Se ha datado por radiocarbono la primera «piedra azul» erigida en Stonehenge y resultó con unas fechas del 2400 a.C. al 2200 a.C. aunque se estudia la posibilidad que hubiera una construcción anterior en el lugar, lo cual nos lleva a hablar de un asentamiento realmente antiguo en la Historia.
El uso que tuvo, oficialmente, es ignorado aunque se supone que era una especie de espacio dedicado a la observación astronómica y predecir las estaciones. Es curioso porque en el solsticio de verano el Sol sale atravesando el eje de construcción en un hecho que no es fortuito y que nos habla de las capacidades astronómicas y conocimientos de estas personas. El Sol ese día se ocultaba atravesando el eje de Woodhenge. En este punto se han encontrado restos que hablan de cultos que se llevaban a cabo en el mismo y fiestas de celebración, luego nada es casual. Igualmente 300 enterramientos de personas cremadas con una datación de entre el 3030 a.C. y el 2340 a.C. algo que indica la antigüedad este lugar que emana una fuerza especial.
Funciones
Ahora surge una nueva hipótesis sobre la función de Stonehenge y es la arquitecta Sarah Ewbank la que concibe ese espacio como algo mucho más complejo y sofisticado. Según esta nueva hipótesis el conjunto megalítico fue construido con un techo empleando vigas de madera y paja confiriendo un aspecto que en poco o nada se parece al actual.
Para demostrar esta hipótesis la arquitecta ha construido una réplica a escala 1:33 con el desarrollo de su idea quedando un aspecto que, cuando menos, sorprende, y que es recogido en su libro «Stonehenge Temple Cipher Roof» o «Techo cifrado del Tempo de Stonehenge».
Así habría sido una especie de centro multiusos en el que se realizaban todo tipo de actos de aquella primitiva comunidad destacando un salón ovalado principal con galerías para las personas que se congregaban en él para escuchar a los oradores. Así lo ha comparado con teatros en los que indica que los diámetros son similares (30 metros) estableciendo analogía con la techumbre del Globe Theatre.
La arquitecta indica que: «Tal vez se celebraban banquetes en las galerías, con bailes y músicos abajo, o tal vez se celebraban ceremonias para dar la bienvenida a los solsticios. Todo suena bastante espléndido». La idea le surgió cuando vio un documental sobre nuevas pruebas arqueológicas y excavaciones en el sitio e hizo que se pusiera a trabajar en ello.
En contra de la hipótesis
Desde el English Heritage -que se encarga de la gestión de Stonehenge- no se comparte la visión de Sarah Ewbank: «La idea de un techo en Stonehenge no tendría ningún sentido. Parte del objetivo del lugar es la majestuosidad de las piedras, así que ¿por qué ponerles un techo?» afirma Heather Sebire, curador del monumento.