CÁDIZDIRECTO.- Se trata de uno de los yacimientos arqueológicos e históricos más importantes de la Humanidad, así lo calificó la UNESCO en 1983 declarándolo uno de los Patrimonios de este planeta, en torno a él hay mil y una historias y leyendas, y no todas son reales.
Machu Picchu significa «Montaña Vieja» y es una ciudad construida a casi 2.500 metros de altitud, en plena cordillera Central entre las montañas de Machu Picchu y Huayna. En esta ciudad entre los años 1438 y 1470, se cobijó el inca Pachacútec, noveno inca del Tahuantinsuyo y, posiblemente, tuvo un uso ceremonial, religioso, aunque también se apunta a que podría ser una especie de fortaleza. Sea como fuere es todo un prodigio de construcción a esa altura desde donde se observa un magnífico paisaje.
La «ciudadela» tiene unas medidas impresionantes: 530 metros de largo por 200 a ancho y más de 170 edificios. Pero muchos serán los que recuerden aquella imagen que dio la vuelta al mundo y en la que se mostraba el rostro de un inca «tallado» en la montaña.
La imagen fue portada de revistas especializadas y alguna sección en conocidos diarios. Incluso, aquellos que dieron crédito a la misma, dijeron que no era obra humana «debía ser obra de civilizaciones más avanzadas o extraterrestres».
Pero la verdad es más mundana que todo ello y el rostro de Machu Picchu no soportó una comparación de la ubicación de las montañas tal cual están y la imagen del rostro. Era un montaje realizado por ordenador, muy elaborado pero obviamente su falsedad saltaba a la vista. La fotografía era un montaje y no hay ninguna cara del Inca en el monte.
Lo que si es real es que era un lugar donde se podía haber rendido culto al agua en el tiempo de los incas.