Lo que popularmente se conoce en España como ‘rozarse’, en México se llama ‘Frouterismo’. Y está de moda. Se practica en el metro, sobre todo en las grandes ciudades como México D.F., capital del país, y tiene tiene sus propias reglas.
Primero, utilizar las líneas 1,2 y 3. Las más concurridas y actas para rozarse. También, llevar una pulsera roja, visible, para que los practicantes tengan claro que el acto es consentido. Imprescindible: «No molestar a aquellos que no quieran formar parte de la moda y se aparten». Insistir se considera «acoso sexual».
Los heterosexuales usan el penúltimo vagón. Los homosexuales el último. Uno se acerca por detrás, se arrima cuanto pueda, el de la posición delantera permanece quieto. Si se aparta, toca buscar otro acompañante.
‘El Frouterismo’ puede concertarse también por internet. Quedar previamente a través de las redes sociales y «subir juntos al convoy». Mejor siempre en las horas puntas. No hay que olvidar la pulsera roja. Quizás sí. A gusto del consumidor.