Cádiz esconde muchos misterios y parte de su Historia en su suelo o en sus costas, algunos de ellos despertando la fantasía y el deseo de aventuras o de tesoros de aquella que ansían hallar lo que nadie, hasta el momento, ha encontrado.
Se trata de una de las ciudades más antigua de Europa, con una Historia de tres milenios de antigüedad en la que se pueden encontrar restos arqueológicos fenicios -como los que están bajo el Teatro de Títeres de la Tía Norica- has el viejo Teatro Romano en el Pópulo y otras muchas ruinas que nos hablan de la importancia de la ciudad y la de culturas que pasaron por sus calles.
Su origen es curioso pues, según Estrabón, fue fundada por los fenicios atendiendo a lo que un oráculo indicó. Sea como fuere el lugar estuvo marcado por la conexión con el agua al ser un grupo de islas como la de León, Erytheia y Kotinoussa, donde se daban las condiciones idóneas para la actividad que desarrollaban que era, eminentemente, comercial y se buscaba también la proximidad con ríos o con otras culturas con las que poder hacer intercambios, en este caso con tartesios y turdetanos, entre otros.
Pero lo cierto es que como culturas asentadas en Gadir (Cádiz) también tenían sus cultos y dioses a los que rendir tributos y sacrificio para lo cual se pedía tener templos, templos que iban a ser importantes dentro de la vida pública o religiosa. Entre estos destacan la llamada «Tríada» de templos fenicios formados por el Krónion, Kronos o Baal Hammon, sabiendo que los fenicios se asentaron en la isla de León en lo que desde el Imperio Romano, posteriormente, se conoció como Antípolis.
La localización de los templos es un misterio del que tenemos pistas dejadas por los autores clásicos, así es Estrabón el que ubica a Krónion en la zona más occidental de la isla, donde podemos ubicar el Castillo de San Sebastián y, puede, que esté edificado justo sobre lo que era el templo. Hay que tener en cuenta que tras los fenicios llegaron a Gadir los cartagineses y los romanos y eso hace que se asimilaran muchos templos o se readaptaran a otros cultos. En la zona se hallaron monedas de la época de las guerras púnicas (entre Roma y Cartago).
Se sabe de los cultos fenicios que rendían culto y devoción a la diosa de la guerra Astarté, aunque también del amor, del sexo y de la caza. Su templo estaba al este de lo que es Punta del Nao, en la isla de Erytheia y hay descripciones de como era el mismo, con una sola sala donde estaba la estatua de la diosa y donde había una cámara oculta donde había un tesoro que otorgaba la inmortalidad a la persona y que tenía la forma de una piedra de color brillante, quien poseyera la misma sería eterno.
En la isla de Kotinoussa (Sancti Petri) estaba el Heraklleión o templo de Hércules que, realmente, era el fenicio Melkart, estaba ubicado sobre el Esereyón, que era un montículo de carácter sagrado al oeste de la isla, se cuenta que el templo estaba construido en mármol bicolor, negro y blanco.
También el templo de Hércules tenía una sala del tesoro y una estatua del propio Hércules en oro y marfil. Tuvo tanta importancia que el propio Aníbal o el romano Julio César visitaron el mismo quedando admirados de su grandeza.
Hoy día es caso materia especulativa de cómo fueron pero la «Tríada» de templos y es parte de uno de los recorridos que más esplendor y cultura dio, en su época, a la Antigua Cádiz.