
El Cádiz CF certifica su permanencia después de rozar el ridículo ante la UD Almería
El equipo amarillo remonta ante un rival con 8 jugadores con dos goles en la prolongación

El primer disparo entre los tres palos del Cádiz CF llegó pasado el minuto 90. Y ante un equipo que llevaba 40 minutos con nueve jugadores y otros 20 con diez. El ridículo cadista, sobre todo en la segunda parte, era total. Pero lo que es el fútbol. En tres minutos en el tiempo añadido, el equipo amarillo le dio la vuelta al marcador de forma cruel para la UD Almería.
El triunfo le vale a los cadistas para, a falta de tres partidos para acabar la competición, certificar su permanencia en LaLiga Hypermotion, pasando de esa cifra de 50 puntos. Pero hoy ha estado muy cerca de hacer el mamarracho, si no lo ha hecho. El ridículo, durante buena parte de la segunda mitad, sí que lo ha hecho.
Y es que en esto de hacer el ridículo y el mamarracho ante el Almería tiene experiencia el Cádiz. Ya lo hizo la pasada campaña en el último partido en Primera, cuando en su visita al cuadro indálico recibió seis goles en la segunda mitad tras irse al descanso ganando con un gol de Ocampo. Esta vez, el ridículo no ha sido tan histórico, pero si ha mostrado a un Cádiz inoperante.
El fútbol ha sido cruel con el Almería, que tras ponerse por delante ya con un jugador menos y aguantar como pudo cuando le expulsaron al segundo (rigurosas ambas rojas), vio como los amarillos le remontaban con el tiempo ya cumplido y aún así tenían una última oportunidad para empatar.
Las estadísticas del choque muestran que los amarillos (hoy sí con camiseta amarilla), jugando en casa, durante una hora en superioridad númerica y por debajo en el marcador tuvieron más el balón, pero no supieron que hacer con la pelota. Pese a todo, parece que la estadística oficial de LaLiga le birla una parada a Fernando, que evitó que un centro de Álex que se envenenó acabara dentro y le paró un disparo a Ocampo pasado el minuto 90 en el que fue el primer remate entre los tres palos del Cádiz (igual que hay una parada de Caro que despejó un balón desviado por Climent que no cuenta como remate).
Los amarillos han dejado hoy su peor segunda parte de la temporada. Que ya es decir con la liguita que le han dado a su afición. Pero es que nunca se habían visto ante 9 jugadores. La falta de ideas, de argumentos futbolísticos, de recursos ha sido alarmante. El juego, patético. La falta de tensión, dando por hecho que el gol llegaría (esta frase vale para cualquier momento del partido) ha sido preocupante. Más cuando el equipo va a comenzar la operación salida y la continuidad de muchos de los que han jugado este partido despierta dudas en el cuerpo técnico y, sobre todo, en la parroquia cadista.
Lo de este encuentro no es únicamente, ni principalmente, achacable a la pésima gestión del tándem, Vizcaíno-Contreras al frente del equipo. El Cádiz parece que dio por cerrada la temporada hace muchos partidos (hasta hoy, cinco de los anteriores 21 puntos en juego) y estaba ya, al menos mentalmente, en su mayor parte de vacaciones. Y sin tensión, en Segunda especialmente, no es que se sea un equipo más, es que se es un equipo de abajo. Los números de estos dos últimos meses del Cádiz lo confirman. Desde el banquillo y con el plan y el patrón de juego tampoco es que le den muchos argumentos ofensivos para cuando no frote la lámpara Ontiveros o no esté el tesón y la casta de Chris Ramos.
Esa falta de tensión parece haberla detectado el técnico Gaizka Garitano, que en este tiempo de descenso cadista trata de frenar la descomposición del equipo tratando de meter en el once a los jugadores que puedan estar en mejor forma o más motivados. Ante el Almería sorprendió dejando en el banquillo a Ontiveros y dándole de nuevo el doble pivote a Alcaraz y Álex. Menos sorprendente parece que mantenga a Fali en el once. Pero en algunos detalles, parece como si quisiera darle minutos a algunos jugadores para que se puedan buscar destino para la próxima campaña. O el club se lo pueda buscar en caso de cesión.
Los amarillos salieron mandando en el choque, buscando poner la inercia del partido a su favor pronto. Y pronto los tres protagonistas mostraron sus cartas. El Cádiz tocaba y tocaba, pero siendo muy previsible y encima con poca velocidad. El Almería, armándose atrás, para tratar de no dar opciones al rival y buscar una contra para adelantarese, como la de Nico Melamed en el minuto 16.
Y el árbitro, Palencia Caballero, mostrando dos tarjetas en cinco minutos poniendo el listo muy bajo para las cartulinas, lo que alertaba que no iban a acabar 22 futbolistas jugando. Y así fue, pero aún peor, ya que fueron dos rojas directas más que rigurosas que le dan la mejor actuación para el Cádiz en el este choque.
El primer acto iba avanzando si sobresaltos más allá de la citada ocasión de Melamed y de alguna intentona cadista sin mucho peligro. Hasta que llegó el minuto 30. Roger le ganaba la posesión a Kayky y salía en ventaja a buscar un cabezazo en largo de Alcaraz. El defensor almeriense lo agarraba y veía una algo rigurosa roja directa. Pero no dio tiempo a que se notara el desequilibrio de fuerzas. Antes incluso de que Rubí hiciera el cambio para recomponer a su equipo, Zaldúa no supo o no pudo evitar un balón centrado que se iba fuera y envió el balón con el rostro a saque de esquina. En el córner, Melendo remató de cabeza el saque de Melamed dentro de una superpoblada área pequeña.
El gol fortalecía el guion a seguir por los de Rubi. Lo tenían claro desde antes del saque de centro, pero con la expulsión y el gol, más aún. El técnico se lo dejaba aún más evidente a los suyos cuando introducía a un central para recomponer la defensa. El Almería se encomendaba a parar el choque y tratar de aprovechar alguna oportunidad a balón parado. Una propuesta que pudo costarle el partido al final, curiosamente.
Pero siguiendo con el orden del partido, desde el gol hasta el descanso, nada. El Cádiz empezó a evidenciar que no sabía como hincarle el diente a la ordenada defensa visitante y el juego se terminó de diluir hasta el descanso. En realidad, casi hasta el tiempo añadido.
El descanso le daba a Garitano una oportunidad de intervenir en el partido que el vasco no desaprovechó. Refrescó las bandas y dio entrada a Brian y Ontiveros. Pero el Cádiz no estaba. No tenía argumentos futbolísticos para tratar de superar a la poblada y ordenada defensa rival. Y esa sensación aumentó tras la expulsión de Bruno Langa en el 50. De nuevo una rigurosa roja, en una acción en la que el jugador del Almería parece tocar el balón, aunque en una entrada desmedida. Parecía acción de amarilla, pero Palencia Caballero de nuevo fue rapidísimo en sacar la roja.
Eso le dejó las ideas aún más claras a los de Rubi (que fue expulsado poco después): una línea de cinco atrás y tres hombres por delante, con Luis Suárez tratando de forzar algo más en ataque. El Cádiz se mostró incapaz de superar esa defensa.
Tampoco es que los de Garitano evidenciaran muchas alternativas de juego. Fútbol en modo parabrisas, con el balón de un lado para el otro, para que Ontiveros, Zaldúa o Alcaraz por la derecha o Brian Ocampo, Climent o Álex la metieran en la olla a la mínima oportunidad. La zaga almeriense se puso el traje de frontón y a despejar todos los centros, que tampoco eran especialmente buenos, ni el Cádiz tenía un rematador por alto amenazante, pese a la entrada de Carlos Fernández. Spoiler del primer gol amarillo.
Ante un rival con dos hombres menos que daba pocas señales en ataque, Garitano mantuvo la línea de cuatro defensas pese a sustituir a Fali. Eso sí, le dio libertad a Kovacevic para, cuando los amarillos tenían el balón, situarse casi como 9 y a Chust para subir al centro del campo a construir e incluso asomarse a las inmediaciones del área rival. Spoiler del segundo gol cadista.
Pero la impotencia cadista y el hartazgo en la grada iba creciendo. Los cánticos del Nuevo Mirandilla pasaron de protestar contra Vizcaíno y Contreras a apuntar a los jugadores. Aunque desde Fondo Sur armaron uno que lo unía todo invitando a que los jugadores se fueran a la Feria de Sevilla con Vizcaíno.
Con todo mal, pitos, nervios, afición harta y equipo incapaz, el centro de Álex que envió a saque de esquina Fernando y un remate alto de Brian hicieron que el cadismo gritara al menos un "uy". Hasta que llegó el minuto 90. Y el árbitro del choque hizo que una de las pocas veces en la historia del fútbol profesional el tiempo que se perdió en los minutos de prolongación se añadieran al final. Spoiler para la resolución del choque. Así, le lesión de Fernando y la medio revisión del 1-1 acabarían siendo muy importantes. Spoiler de la resolución del choque.
Espirando el minuto 92, una buena acción de Ontiveros acabó con el mejor centro del partido, que aprovechó Carlos Fernández para conseguir estrenarse por fin como goleador del Cádiz e igualar el partido ya en el 93. El delantero remató por encima de Marc Pubill al que medio rozó y que acabó contra el poste. Hubo una mínima revisión en el VAR que le dio medio minuto más al Cádiz, que unida al minuto por la atención al meta Fernando dejaba claro que el partido se iría al 96.

Kovacevic felicita a Carlos Fernández por el 1-1 ante la UD Almería. Foto: Cádiz CF.
Y así llegó la resolución del choque. El Almería logró un saque de esquina con el que parecía que se iba a acabar el choque, por lo que deció sumar más gente al remate en la que parecía que iba a ser la última jugada. Todo el mundo daba eso por hecho, menos el colegiado, que dejo seguir la contra que resultó del saque de esquina.
El balón le llegó tra sel despeje de cabeza de Chust a Ontiveros, que se veía solo con un mediocentro encimándole y Roger a la espalda de Pubill y medio Cádiz en zafarrancho de ataque. El marbellí se la cruzó alta a Roger, que tras pincharla bien se la puso a Chust en el área para que el valenciano definiera como un delantero consumado superado el minuto 97 para locura cadista y frustación almeriense.
Los visitantes la tuvieron pero parecían ya sentirse tan maltratados por las decisiones arbitrales y por el propio fútbol, que parecían estar más pensando en las protestas que en tratar de buscar ese milagro. Con el pitido final llegaron las protestas, la expulsión de Melamed, Rubi (en el césped pese a estar expulsado) tratando de llevarse a sus jugadores para evitar más rojas y las absurdas provocaciones de Edgar primero con Matos y luego con el médico cadista (tampoco había estado bien Ontiveros en el 1-1).
Pocas veces una victoria ha sido tan pobre y rídicula (en juego y oportunidades) para un equipo como esta del Cádiz. Una victoria que apeneas fue celebrada por la hinchada y que, lejos de ser balsámica, deja muy señalada a gran parte de la plantilla de este Cádiz y a la falta de ideas y de argumentos futbolisticos que tiene el equipo.
Al menos, ha cerrado la permanencia y Carlos Fernández, con su gol, ha evitado hacer un Maxi Gómez y marcharse con cero goles de su cesión al Cádiz (no se sabe si seguirá). Una victoria tan pobre y raquítica como la temporada, como la gestión deportiva y como el nivel de gran parte de la plantilla. Con la permanencia asegura, empieza, ya sí, el momento de las valoraciones y de sacar conclusiones. Las notas se ponen en junio, ha dicho alguna vez el presidente Manuel Vizcaíno, pero en este Cádiz se puede empezar ya. Y la afición lo necesita por si decide volver a confiar en el proyecto cadista. Si, como decíamos en la previa del choque, este partido era para no perder del todo a la afición, el objetivo no se ha alcanzado, al revés. Y eso que el equipo ha ganado.