
‘Los cagones’: la vuelta a la esencia de Manolín Santander en el COAC 2025
Manolín Santander vuelve a la primera fila del COAC con ‘Los cagones’

La chirigota Los cagones aterrizó en el COAC 2025 con la firma de Manolín Santander y José Manuel Sánchez, manteniendo vivo el legado chirigotero de Manolo Santander. Con un tipo originalísimo y un repertorio que apuesta aún más por el humor, el grupo afrontó los nervios del estreno en el Hogar del Pensionista de la Calle de la Rosa, donde los esperaban sus disfraces de aves, con elementos reciclados e ingeniosos que convertían lo cotidiano en parte del personaje.
Manolín nos contó cómo ha sido este año tan intenso para él, en el que ha hecho doblete con la comparsa de Jesús Bienvenido, ha sacado varias agrupaciones de adultos y cantera, y ha vivido este regreso de su chirigota con más nervios que nunca. “Hoy es muchas cosas, quillo”, comenta con naturalidad. “La responsabilidad del apellido pesa, la gente espera algo y no sabes qué va a aceptar. Me acuerdo de los que no están, de mi viejo, de Pepito, que hace un mes estaba yo en su tanatorio llorando por él… Hoy son muchas sensaciones”, confiesa con emoción.
Un tipo ingenioso y una chirigota de altura
Los cagones tiene, como siempre, un tipo muy gaditano y lleno de detalles. “Somos aves que habitan en Cádiz, pero un poco humanizadas”, explica Manolín. “Yo, que soy el que manda en la chirigota, voy de gaviota, que es la que manda en la ciudad. Luego están las palomas, las cotorras americanas del parque y los gorriones de los barrios”.
Pero más allá de la idea, llama la atención la creatividad en el diseño del disfraz: “Las alas son abanicos que se abren con un mecanismo, los cascos son fruteros con alambre, los pies son garras hechas con rastrillos de jardín… Todo reciclado, todo hecho para que parezca sin serlo”, detalla.
Un año de aprendizaje y una apuesta por el humor
Después de un año en el que la chirigota no tuvo su mejor concurso, Manolín Santander tenía claro que este 2025 debía recuperar humor. “Hemos intentado apostar un poquito más por la risa, por abrir más el repertorio. Vamos a ver cómo cae, pero estamos muy contentos”, cuenta.
En la autoría, además de José Manuel Sánchez, ha sumado la aportación de Juan Blanco, un amigo de la infancia que le ha dado otra perspectiva. “Siempre viene bien un cambio, no en la autoría, pero sí un tío que te diga: ‘Oye, aquí podemos sacar más partido’. Hay que aprender y currar”, explica. “Yo soy un currante de esto, no sé si tendré más o menos talento, pero currar, me lo curro”.
La chirigota como forma de vida
Si algo tiene claro Manolín es que su chirigota es más que un grupo de Carnaval. “Se dice mucho eso de que somos una familia, pero yo no lo veo así. Mi chirigota ya es bastante, que tenga su identidad y sus caras visibles ya es bastante. La familia es otra cosa, porque la familia se rompe. La chirigota es chirigota”, explica con sinceridad.
Eso sí, reconoce que hay algo especial en su grupo. “Han nacido muchos niños a la vez, el local de ensayo es un punto de reunión… El Carnaval es la excusa para aprender y crecer juntos. La mayoría nos vemos para muchas cosas más allá del concurso”, dice con orgullo.
‘Los cagones’ ha vuelto con fuerza, con el ingenio de siempre y con la ambición de hacer reír. Manolín Santander y su equipo han apostado por una chirigota que recupere la esencia del humor y, sobre todo, que se disfrute dentro y fuera del escenario.