Dos chicas corriendo y de pasan, con la mano, una botella de bebida isotónica naranja.
Chicas compartiendo una bebida isotónica.

El error que cometes al comprar bebidas isotónicas, no todas hidratan como crees

Las bebidas isotónicas del supermercado no cumplen con los requisitos básicos y esto es lo que debes saber antes de comprarlas

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En el mercado actual, las bebidas isotónicas se presentan como la solución ideal para reponer líquidos fundamentales y minerales después del ejercicio.

No obstante un análisis reciente demuestra que muchas de las marcas más populares disponibles en los supermercados no cumplen los criterios mínimos para considerarse de verdad como isotónicas.

Aspectos como la osmolaridad, la proporción de hidratos de carbono o el contenido real de sodio resultan determinantes a la hora de valorar su verdadera eficacia.

En primer lugar, conviene recordar qué hace que una bebida sea isotónica y es que su función principal es reponer agua, sales minerales y energía durante o después de una actividad física intensa.

Para cumplir este objetivo, debe tener entre 6 y 8 gramos de hidratos de carbono por cada 100 mililitros, el contenido de sodio que oscile entre 460 y 1.150 miligramos por litro. Estos valores permiten una absorción rápida de líquidos y nutrientes, lo que ayuda al cuerpo a mantener el equilibrio hídrico y energético durante el esfuerzo.

No obstante tras revisar diversas marcas presentes en las estanterías de los supermercados, los resultados no son alentadores. Muy pocas bebidas alcanzan esos rangos recomendados.

Igualmente la información nutricional que ofrecen las etiquetas no siempre facilita la comparación: en muchos casos, los fabricantes indican la cantidad de sal (NaCl) en lugar del sodio, lo que obliga a hacer cálculos adicionales.

Basta recordar que el sodio representa aproximadamente el 40% del contenido total de sal, lo que puede inducir a confusión a los consumidores menos familiarizados con esta equivalencia.

Puntos destacados de las bebidas isotónicas

Otro punto destacado y relevante es el tipo de hidratos de carbono que incorporan. Para optimizar la absorción energética, los especialistas hacen la recomendación de una combinación de azúcares de rápida y lenta absorción.

Entre los primeros se encuentran la glucosa, la sacarosa y las maltodextrinas, mientras que la fructosa destaca entre los segundos, ya que se absorbe por una vía no dependiente de la insulina y permite un mayor aporte de los que son los carbohidratos (hasta 90 gramos por hora).

No obstante, en la revisión realizada, se encontró que no había ninguna bebida de supermercado que incluyera hidratos de carbono de lenta absorción como la fructosa.

Esto limita su capacidad de mantener un aporte energético sostenido durante actividades de larga duración, de esta forma estas bebidas, aunque populares y de fácil acceso, no serían la mejor alternativa para deportistas que buscan un rendimiento óptimo o una recuperación completa.

Si bien existen marcas que sí cumplen con los parámetros de composición —como por ejemplo Powerade, que especifica claramente su contenido en sodio—, la mayoría de las opciones comerciales presentan deficiencias tanto en los niveles de minerales como en la calidad de los carbohidratos que usan.

Por ello, los especialistas recomiendan que quienes practican deporte de forma regular o profesional consideren consultar con el especialista, con un dietista-nutricionista antes de elegir su bebida isotónica ideal.

¿Para qué sirve realmente una bebida isotónica?

Las bebidas isotónicas están diseñadas a fin de mantener la hidratación y reponer los electrolitos perdidos a través del sudor.

Su formulación busca imitar la concentración de sales y azúcares de los fluidos corporales, permitiendo una absorción más rápida que la del agua sola. Durante el ejercicio físico, sobre todo en actividades que superan los 60 minutos o se realizan en condiciones de calor, su consumo puede prevenir la deshidratación, los calambres musculares y la fatiga prematura.

No obstante no deben confundirse con las bebidas energéticas, cuyo propósito es estimular el sistema nervioso mediante sustancias como la cafeína o la taurina. Las isotónicas, en cambio, cumplen una función que es puramente fisiológica y están orientadas a reponer pérdidas hídricas y minerales.