
Los mejores desmaquillantes según la OCU, su eficacia, tipos y consejos para elegir el ideal
Una guía para limpiar tu piel de forma eficaz según su tipo y tus necesidades diarias.

Mantener una piel limpia y luminosa comienza por un paso esencial como es el desmaquillado. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha analizado diversos productos para determinar cuáles ofrecen la mejor combinación en lo que es la eficacia, suavidad y relación calidad-precio.
En un mercado repleto de opciones —desde las toallitas desmaquillantes hasta aguas micelares—, la elección puede resultar un tanto confusa. Sin embargo, cada categoría tiene ventajas y limitaciones según el tipo de piel y el estilo de vida.
Toallitas desmaquillantes, la opción más práctica
Las toallitas desmaquillantes son la alternativa más rápida y cómoda a fin de poder eliminar el maquillaje, sobre todo en momentos de prisa o durante los viajes. Vienen impregnadas con soluciones limpiadoras capaces de retirar impurezas y restos de maquillaje con una sola pasada.
La OCU destaca productos como las Nivea 3 en 1 con aceite de almendras, las Babaria con rosa mosqueta y las Diadermine hidratantes, son todas con fórmulas muy suaves que respetan la piel y aportan hidratación.
No obstante pese a su comodidad, su uso diario no es lo más recomendable. Este tipo de producto tiene un impacto ambiental considerable y puede resultar menos efectivo en limpiezas más profundas. Por ello, se sugiere usarlas de forma puntual y nunca desecharlas tirándolas al inodoro, ya que pueden causar atascos.
Precio medio oscila entre 1 y 8 euros por paquete, dependiendo de la marca y la cantidad.
Jabones faciales, limpieza profunda para pieles grasas
Los jabones faciales, tanto líquidos como en pastilla, tienen fórmulas para limpiar a fondo sin dañar la barrera cutánea. Son, sobre todo, recomendados para pieles mixtas o grasas, ya que eliminan el exceso de sebo y las impurezas que obstruyen los poros.
A diferencia de los jabones convencionales, su composición suele ser menos agresiva, contando con ingredientes que ayudan a mantener el equilibrio natural de la piel. Sin embargo, las pieles secas o sensibles deben utilizarlos con precaución, ya que pueden resultar algo astringentes.
Precio medio oscila de 2 a 20 euros, según el formato y la marca.
Leches limpiadoras y tónicos, el clásico que nunca falla
Para quienes buscan un método tradicional y suave, la combinación de leche limpiadora y tónico facial que sigue siendo una de las más eficaces.
La leche actúa disolviendo el maquillaje y las impurezas, entre tanto el tónico refresca, equilibra el pH y prepara la piel para la hidratación posterior.
Este método, aunque más lento, es ideal para pieles normales o secas. En el caso de pieles sensibles, es recomendable optar por tónicos sin alcohol para evitar irritaciones.
Precio medio oscila entre 1 y 20 euros la leche limpiadora y de 3 a 15 euros el tónico. Existen packs combinados con precios más económicos.
Aguas micelares, la revolución del cuidado facial
En los últimos años, las aguas micelares se han convertido en las favoritas de muchas personas merced a su versatilidad.
Este producto combina la función de limpiar, tonificar e hidratar en un solo paso, sin necesidad de aclarado. Las micelas actúan como una especia de imanes que atrapan la suciedad y el maquillaje, dejando la piel fresca y suave.
Son adecuadas para pieles secas o mixtas, aunque quienes tengan piel sensible pueden preferir enjuagar el rostro después de su uso. Su practicidad las hace perfectas para quienes buscan un cuidado de forma rápida pero eficaz.
Precio medio oscila de 3 a 20 euros, según el tamaño del envase y la marca.
Independientemente del producto elegido, la limpieza facial diaria es básica para mantener la salud y luminosidad del rostro. No eliminar correctamente el maquillaje puede obstruir los poros, favorecer la aparición de imperfecciones así como de acelerar el envejecimiento prematuro.
Una buena rutina de limpieza no solo previene daños cutáneos, sino que también mejora la absorción de los productos hidratantes así como de tratamiento. En resumen, desmaquillarse correctamente es un gesto sencillo que marca la diferencia en la apariencia y bienestar de la piel.