En muchas ocasiones las carreteras de nuestra geografía pueden generar más de un susto para quién es víctima del misterio. Una de ellas es la que iba a protagonizar nuestro testigo cuando se dirigía de Cádiz a San Fernando.
Visión fantasmal en la carretera
Miguel es vecino de San Fernando, por razones laborales y comerciales tiene que desplazarse con asiduidad a Cádiz y otros puntos de la provincia: «A veces se me hace tarde porque hay comercios que te citan al cierre, cuando no hay clientes, y es complicado, no es lo mismo ir a soltar mercancía que ir de comercial a vender algún producto, tampoco es ir «a puerta fría», sino que la empresa lo que hace es ofrecer otras cosas pero que siempre, y más por estas fechas, suelen citarte o a primera hora o a última hora, que no se yo que es peor» decía.
«Tampoco es que haya mucha distancia, cuando toca ir a Cádiz, pero bueno, peor es ir a Algeciras o la Línea, a última hora. La cosa es que ese cliente me cito a las nueve de la noche, realmente era poco tiempo, mostrar lo nuevo y ver si le interesaba para en enero de 2023 tenerlo como punto de venta ampliado. Acabé la reunión sobre las nueve y media y llovía bastante. Cogí el coche y tiré para casa, de hecho llamé a mi mujer para decirle que ya iba para allá, que no tardaría, de hecho no tardé. Pero en la carretera te pueden encontrar atascos e imprevistos, por eso tampoco te tienes que fiar mucho. Iba conduciendo, no había apenas tráfico, la gente cuando llueve se retiene mucho, acaba un poco antes, yo iba rezagado pero tranquilo. Entonces fue cuando me pareció que a los lejos, dentro de la visibilidad que había, estaba una persona en la mediana, en la separación, vestida como de oscuro, o yo veía allí un bulto en medio que, también podía ser, una señal tapada, como hacen muchas veces cuando hay obras, pero no había señalización de obras» comentaba Miguel, siendo muy detallado en su explicación.
Descripción del ensotanado
«Puse las largas del coche y no, aquello no era una señal tapada, era una persona. A medida que me iba acercando iba frenando por que no tenía mucho sentido, cuando estaba a unos metros vi que era una persona con túnica y capucha negra y su cara era blanca, destacaba. A mí me asustó mucho, aquello no era normal, miré por el retrovisor y allí estaba esa figura que se giraba mirándome, instintivamente aceleré el coche y me alejé de allí. Al llegar a casa mi mujer me dijo que había llegado bien de tiempo aunque me notó nervioso. Me dijo que me pasaba, si había ido todo bien. le dije que sí y le conté lo de ese ser allí en medio, me dijo que sería un niñato gastando una broma pero aquello, lloviendo, allí en medio, para que te pille la Guardia Civil, pues no podía ser nadie de broma» explicaba.
Le pedí que me describiera más a ese ser: «Era como de un metro ochenta y algo de altura, aunque es difícil de calcular. La cara era blanca, aunque tenía la capucha juraría que no tenía pelo, muy pálido, casi azulado, y ojos negros muy penetrantes» afirmó.
Quién conozca esta carretera sabe que pocas bromas se pueden gastar en ella y coincido con Miguel que no es ni sitio ni momento. El testigo tiene credibilidad «yo ni bebo ni fumo, vamos que era consciente de lo que estaba viendo» y casos como este, por ejemplo, podemos encontrar otros puntos de nuestra geografía para pánico de aquel que lo vive. ¿Qué fue lo que vio Miguel en la carretera de Cádiz a San Fernando? Pues, de momento, es todo un misterio.