Sin duda alguna todos, alguna vez, hemos visto o escuchado hablar, de la pelĂcula «El Exorcista», sus impactantes imágenes asĂ como el argumento es, cuando menos, inquietante. Pero… ÂżPodrĂa ser real? La respuesta es afirmativa pero con matices pues no suelen ser tan espectaculares como en la ficciĂłn aunque la semilla es la misma: la posesiĂłn de un cuerpo y la expulsiĂłn mediante el rito religioso.
El exorcismo es «sacar al demonio del cuerpo» y todas las Archidiocesis tienen dos sacerdotes especializados en esta materia, los obispados suelen tener a uno que ha recibido (como los dos anteriores) un curso de especialización en tan delicado tema y como enfrentarse al demonio.
En Cádiz nos vamos a encontrar una historia oficialmente imposible narrada por un familiar de la persona que fue sometida a dicho ritual. De esta forma hablamos con Enrique (que por peticiĂłn de confidencialidad desea que no se sepan sus apellidos) que nos decĂa: «Mi hermano comenzĂł hace ya unos años a tener un comportamiento extraño, de salir a diario se comenzĂł a volver un ermitaño y de su habitaciĂłn no salĂa… Mi madre le decĂa «¿Te vas a volver cura?» de broma pero Ă©l llegaba de la calle y se encerraba en su cuarto dĂa tras dĂa a la vez que se enrarecĂa el «ambiente» en casa. EnfermĂł y se le llevĂł a los mĂ©dicos, especialistas, de todo y nadie le encontraba nada. En una de aquellas visitas «para nada» al mĂ©dico, una vez, nos dio una tarjeta del Obispado para que viĂ©ramos a un sacerdote, fuimos y nos pidiĂł el informe mĂ©dico de mi hermano. A nosotros nos extrañó pero se lo dimos, le hizo una copia y nos pidiĂł que le diĂ©ramos unos dĂas» recordaba.
«Al cabo de dos semanas nos llamĂł y nos pidiĂł que lleváramos a mi hermano a una iglesia donde Ă©l iba a estar. Mi hermano al llegar se puso muy violento, el cura lo mirĂł y se enseñó un crucifijo, mi hermano torciĂł la cara, como si le molestara… Aquel hombre sacĂł un poco de agua bendita y con el hisopo comenzĂł a echarle un poco. AhĂ era como si le mataran… Entonces el hombre nos llamĂł a mĂ madre y a mi y nos dejĂł que, a priori, parecĂa un caso de posesiĂłn y que el camino que nosotros habĂamos seguido por recomendaciĂłn era el habitual «esto nos lo pasan en contadas ocasiones» nos dijo. AsĂ que le dijimos que aquello era una desgracia y cuál eran los pasos a seguir. El hombre nos lo explicĂł todo y comenzamos a ir, todos los martes y jueves con mi hermano a aquellas sesiones interminables… Fueron 5 meses con ello hasta que se lo quitaron».
Además, de aquellos dĂas, recordaba: «Era tremendo verlo retorcerse, hablar en un lenguaje extraño, una fuerza sobrehumana, a mĂ me llegĂł a leer la mente… DĂa tras dĂa el cura le preguntaba el nombre del demonio y este jugaba con Ă©l a no decĂrselo, eso hasta un dĂa que dijo su nombre y entonces fue cuando, nos explicĂł, podĂa proceder a echar al demonio. TardĂł unas horas en completarlo todo y fue alucinante».
No quedĂł ahĂ la cosa pues «durante unos años se le ha hecho un seguimiento eclesiástico hasta que parece que está limpio. Este hombre, el cura, nos explicĂł, habĂa practicado ya más de 30 exorcismos y le decĂan «el exorcista de Cádiz» sus compañeros… Yo no creĂa en estas cosas pero hoy te puedo decir que no las discuto, cuando te pasan cree en ello».
En este mismo medio, Cádiz Directo, he escrito mucho sobre este tema y remito al lector a que profundicen sobre ello pero les querĂa ofrecer este documento testimonial que creo, en Cádiz, es muy revelador.