La ‘casa encantada’ de la calle Escaño en San Fernando

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La provincia de Cádiz tiene lugares secretos y lugares para pasarlo de miedo. En unas ocasiones ese mismo miedo se vive de forma involuntaria, sin saberlo, es el poder de un lugar que se dice «está encantado» el que lo toma todo y que él nos hace, sin quererlo, víctimas propiciatorias de lo imposible.

Uno de esos lugares lo encontramos en la bella localidad de San Fernando y, más concretamente, en una casa determinada de la calle Escaño, hasta allí nos desplazamos para escuchar como son diferentes personas que han vivido en la «casa del terror» experiencias que son realmente sorprendentes. Testimonios públicos de vivencias que van más allá de lo racional…

El primer testimonio público es el de Andrea y así relataba su experiencia en la calle Escaño: «Jamás he visto nada paranormal, pero sí que es verdad que hemos estado viviendo durante dos años en una casa de la calle Escaño, en la que nació mi hija, cuando ella comenzó a hablar me contaba, a su manera, que tenía una amiga que se llamaba «Joven» y estaba muerta… No había un día que no la mencionara, todo lo que hacía decía «esto lo hace Joven» o «esto me lo ha enseñado Joven»; a mí, al principio, me costaba creerla pero al ser una niña pensé que era una especie de juego y que en algún momento se le olvidaría, pero no fue así. Ella seguía jugando con Joven y hablándonos de ella hasta que nos hemos mudado y, gracias a Dios, no ha vuelto a hablarnos de ella».

Este fenómeno de amigo imaginario no es la única experiencia de Andrea en la casa, atesora otra más muy significativa: «En el pasillo de la casa mi otro hijo vio sombras corriendo y sí que es verdad que se escuchaban llantos de niños por las noches. Yo sí creo, aunque nunca haya visto nada, pero tras mi experiencia… Es posible que si existan los fantasmas».

José Manuel Gómez es otra de esas personas que tiene, en esta misma calle, tal vez en la misma casa, una experiencia inexplicable: «Aunque me podría identificar no lo hago por asuntos propios del negocio que regento. En la casa de la calle Escaño tuve la suerte de que mi madre me pariera, a mí y a mis dos hermanos y al poco tiempo tomaban a mi madre por «royista» o medio loca y fue porque ella decía que se le aparecían seres que estaban muertos y escuchaba lamentos y llantos por las noches. Ella se levantaba ya que se creía que era uno de nosotros llorando, comprobando que estábamos dormidos y no éramos los causantes de aquellos lloros. Aquellos lamentos escapaban por la ventana superior derecha. Así pasaron varios años hasta que nos mudamos a otra casa y todo se arregló. Años después operarios levantaron la acera y se pudo comprobar que existían muchos huesos allí enterrados».

Testimonios de fenómenos extraños o inexplicables en la calle Escaño, una calle en San Fernando donde habita el misterio.