Un sueño cofrade convertido en pesadilla

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Tremendo varapalo para los miembros de la Agrupación Parroquial de San José en particular y para el universo cofrade en general. El párroco y presidente del colectivo, Salvador Rivera, ha decidido de forma unilateral y sorprendente disolver a este grupo de devotos que llevaba trabajando con esfuerzo y tesón desde hace más de dos años.

La noticia ha sobrecogido al estamento cofrade y ha causado una enorme sorpresa porque realmente no se esperaba una determinación de este tipo. Al margen del revés que supone para las aspiraciones de contar con una nueva hermandad en un futuro, la medida choca enormemente porque el grupo se había significado por su incesante actividad en todo este tiempo.

Como suele ocurrir cuando se produce una decisión tan drástica los motivos no han trascendido, aunque, evidentemente, flota en el ambiente que ciertas desavenencias con el religioso se encuentran en trasfondo del asunto.

El grupo de devotos, convertido en Agrupación Parroquial a principios de 2016, surgió hace más de dos años y desde un principio ha sido un referente por su tesón y vitalidad. En Cuaresma organizaba las Meditaciones Públicas con un acto que se celebró por las calles de la feligresía en los años 2015 y 2016.

Lo mismo se puede decir con la llegada de la festividad de Cristo Rey en noviembre. Su última aportación fue la puesta en marcha del Corpus de San José con la exaltación al Santísimo Sacramento también por las calles de la feligresía el pasado jueves día 26 de mayo.

Asimismo desde su seno se habían confeccionado, además del pertinente escudo, varias túnicas para el Señor e incluso una bandera que se estrenó precisamente en los cultos previos a la celebración del Corpus.

La formación también ha sido uno de los pilares con varias jornadas como las celebradas el pasado verano, a lo que hay que sumar una ingente actividad en el apartado de la cartelería. Igualmente, la Agrupación ya había acudido de forma corporativa a varios actos como a la procesión del Santo Entierro el pasado Sábado Santo o la del Corpus del 29 de mayo donde formó parte de la cabecera del cortejo.

Sin duda, la decisión choca todavía más porque, al contrario de lo que sucede en otros casos, la relación con el párroco era excelente, no en vano el propio Rivera, director espiritual del Consejo de Hermandades, ha sido uno de los grandes impulsores del colectivo.

Finalmente, no podemos olvidar que incluso se había barajado que, en un futuro y una vez se superaran los trámites para convertirse en hermandad de penitencia, se podría incluir en la nómina de hermandades de la penitencia. Ese sueño cofrade ha acabado convertido en pesadilla.