La pregunta es simple y, puede, que jamás se la haya hecho. Pero lo cierto es que su implicación en la persona y su salud va más allá de lo que podemos pensar.
¿Dónde se producen los mocos?
Los mocos son una sustancia, normalmente, pegajosa y viscosa que se localiza en la nariz y, ocasionalmente, en la garganta. Esta sustancia es producida por las células del revestimiento de estas áreas.
La función principal que tienen es la de proteger y limpiar las vías respiratorias, evitando que las partículas de polvo, suciedad y otros contaminantes ingresen a los pulmones. Por tanto tiene una misión directa en la salud de la persona.
Cuando inhalamos aire, junto con las partículas que flotan en el mismo, estas quedan atrapadas en los pelos y las células ciliadas del revestimiento de la nariz y la garganta. Los mocos se comienzan a formar como producto de la combinación de estas partículas con el moco producido por las células del revestimiento, dando paso a la sustancia viscosa y pegajosa que atrapa y retiene estas partículas.
Importancia para la salud
Además de su función de limpieza y protección, los mocos también contienen anticuerpos y otras sustancias que ayudan a combatir infecciones y enfermedades.
No solamente pueden tener esa utilidad para mantener las vías respiratorias limpias y saludables, sino que también desempeñan un papel importante en la defensa del cuerpo contra enfermedades y otros agentes patógenos.
Cuando una persona tiene una infección respiratoria, como bien pudiera ser un resfriado o una gripe, las células del revestimiento de la nariz y la garganta producen más moco de lo normal ya que es la respuesta inmunológica del cuerpo. Esto puede hacer que se sienta congestionado y que tenga la sensación de tener la nariz tapada, sin embargo es la reacción de “sanación” del propio organismo del ser humano.
El exceso de moco también puede ser expulsado al exterior, a través de la tos o el estornudo, como una forma de eliminar las partículas y los agentes patógenos que se han acumulado en las vías respiratorias.
Los mocos pueden ser, en ocasiones, incómodos e incluso desagradables, pero forman una parte importante del sistema de defensa del cuerpo y desempeñan un papel crucial la salud y la protección contra las enfermedades respiratorias.