
¿Es el póker un deporte mental o un simple juego de azar?
Estrategia y cálculo: las razones para considerarlo un deporte mental

El juego del póker se ha ganado un sitio destacado en el mundo de las competiciones internacionales. Son muchos los torneos donde se juegan millones y se hacen nuevos millonarios, de un sinfín de transmisiones televisivas e, incluso, del nacimiento de figuras icónicas que han convertido este juego en un fenómeno mundial. No obstante hay un debate al respecto: ¿es el póker un deporte mental o un simple juego de azar?
Estrategia y cálculo
Aquellos que defienden que el póker es un deporte mental resaltan la enorme complejidad estratégica que tiene el juego en sí. A diferencia de juegos que son puramente dependientes del azar, del tipo de la ruleta o el bingo, indican que el póker conlleva una constante toma de decisiones que se basan en la estadística, en la probabilidad y la psicología.
De esta forma un jugador experto es aquel que analiza patrones de apuestas, sabe bien interpretar gestos y las inequívocas señales de sus oponentes, a la par que sabe calcular probabilidades y tomar decisiones racionales en un estado de alta presión.
La Asociación Internacional de Deportes Mentales (IMSA), en el año 2010, reconoció al póker como un tipo de deporte mental, y lo posicionó a la altura del ajedrez, el bridge o el Go. Se basa esta decisión en que, a largo plazo, las habilidades del jugador se suelen imponer al azar inicial de las cartas con lo cual se pone de manifiesto que no es solo cuestión de suerte.
El peso del azar en el póker
No obstante los críticos indican que por mucha estrategia que exista el juego del póker no deja de estar condicionado por el factor suerte. Se hace la observación que en la distribución de cartas hay un grado de componente completamente aleatorio y ningún jugador, por muy profesional o experto que sea, puede controlar ese factor.
En tal sentido se sostiene que el póker no puede considerarse como un deporte en el sentido más tradicional de la expresión debido a que la suerte sigue teniendo un papel determinante, especialmente en aquellas partidas que son cortas.
Estudios y evidencias científicas
Hay diversos estudios que han tratado de responder a la pregunta. Investigaciones en el ámbito científico han analizado cientos de manos de póker y determinaron que, a largo plazo, aquellos jugadores más hábiles son los que tienden a ganar de forma consistente. Es decir, que el azar tiene una influencia en el resultado de una mano de cartas pero en los que son largas sesiones o maratones de póker o en torneos de alto nivel, la habilidad y el saber jugar va a ser el factor predominante y determinante.
Es cierto que el póker es un juego que combina lo que es el factor suerte y la habilidad del jugador, por ello los expertos parecen inclinarse a reafirmar que el póker es un tipo de deporte mental.
Hay que tener en cuenta, como dato llamativo, que en determinadas universidades hay una gran cantidad de clubes de póker dentro de sus programas deportivos y que jugadores de élite en el póker entrenen como atletas donde se van a tener unas rutinas específicas de análisis, así como de una muy necesaria gestión emocional y preparación física.
Pero el debate sigue abierto allá donde es indiscutible es que el póker ha pasado de ser visto tan sólo como un pasatiempo de casino hasta pasar a ser un fenómeno den todo el mundo en el que se combina las suerte con una buena estrategia y el inevitable “saber jugar”.