Hay objetos que pueden conllevar una carga importante de su anterior propietario o, incluso, parte de su esencia, de su presencia. Uno de esos objetos es una muñeca de la que le quiero hablar hoy. Viene el hilo de un artĂculo que ya publiquĂ© en CĂĄdizDirecto sobre una muñeca encantada.
Una familia asustada
Mi comunicante, Reyes, se puso en contacto vĂa telefĂłnica conmigo, me indicaba: «buenas JosĂ© Manuel, me llamo Reyes y quiero contarte algo que me ha sucedido, bueno, a mi hija, en mi casa, y no sĂ© como tomĂĄrmelo» me decĂa.
Reyes tiene una niña de 6 años, y un hijo de 15, vive junto a su marido en SanlĂșcar de Barrameda y los hechos inexplicables fueron los siguientes: «fuimos un dĂa a casa de un familiar en Huelva, a darle el pĂ©same por la muerte de su madre, mi tĂa, despuĂ©s de pasar una enfermedad, cuando menos se esperaba. Fuimos con mi hija, el niño se quedĂł jugando a la videoconsola, «pasaba de venir». Bueno, llegamos a Huelva y allĂ lo tĂpico, recordando momentos familiares, hablando de nuestras cosas, lo tĂpico. La niña andaba por allĂ y entrĂł en una habitaciĂłn, la niña saliĂł con la cara iluminada y nos dimos cuenta del detalle. Mi prima me dijo: «eso es por las muñecas de esa habitaciĂłn, era de mamĂĄ, refiriĂ©ndose a mi tĂa. La niña estaba encantada pero yo le dije que no se podĂan tocar. Mi prima le dijo que cuando se fuera le iba a hacer un regalito. La cosa es que sobre las siete de la tarde nos fuimos y a la hora de marcharnos ella sacĂł una muñeca de la habitaciĂłn y se la dio a la niña. La cara era de absoluta felicidad. Yo le dije que no la podĂa aceptar, que era de la tita y que no lo verĂa bien. Ella me dijo que la aceptara, que habĂa una pared llena y ella, tras la muerte, no sabĂa quĂ© hacer. AsĂ que regresamos a SanlĂșcar y la niña con su muñeca» decĂa Reyes.
Experiencia de la niña
«Pero algo ya no iba bien, recuerdo que esa noche la niña despertĂł varias veces con pesadillas. Era raro. Fue una noche tensa, pensamos que era por el viaje, por la emociĂłn de la muñeca, ya le suele pasar cuando Papa Noel o los Reyes. Pero lo curioso es que en la noche siguiente la escuchamos hablando con alguien, al asomarnos a la habitaciĂłn le preguntamos que con quiĂ©n hablaba y nos dijo que con una señora que habĂa llegado a su cuarto y que era la «tita Antonia». Mira, cuando dijo eso me dio un vuelco el corazĂłn porque era mi tĂa reciĂ©n fallecida. Bueno, sin aparentar los nervios le dijimos que le habĂa dicho y la niña nos dijo: «Me ha dicho que si le gusta la muñeca y que tenĂa que cuidarla. QuĂ© fue un regalo del tito Juan y que la querĂa mucho». La niña es imposible que supiera eso y para comprobarlo se lo preguntĂ© a mi prima que me dijo que todas las muñecas eran regalo de mi tĂo Juan, que sĂłlo se quedĂł con las que Ă©l le regalĂł y cuando muriĂł las otras las fue dando, asĂ que la niña estaba en lo cierto. AdemĂĄs, desde entonces, viene una fragancia por el piso que me recuerda a mi tĂa, es todo muy raro, no nos da miedo pero si te deja intrigada, La niña ni ha vuelto a hablar con nadie pero es muy curioso» concluĂa.
Son objetos que se vinculan a una persona, que recoge su esencia o tienen un vĂnculo, serĂa difĂcil explicar el mecanismo por el que esto -el fenĂłmeno paranormal- se produce y, cuando menos, es significativo que sea con una muñeca querida y tan personal como la que le regalaron.